La Gira de Documentales Ambulante estará de regreso en 2026 para confabular, junto con el público, alrededor del cine documental
- Laura Meléndez
- hace 2 días
- 2 Min. de lectura

La Gira de Documentales Ambulante estará de regreso de marzo a mayo de 2026 para celebrar su 21.ª edición, en la que recorrerá Ciudad de México (5 al 14 de marzo), Querétaro (19 al 26 de marzo), Morelos (23 al 26 de abril), Baja California (14 al 21 de mayo) y un quinto estado sorpresa que revelaremos próximamente.
La Gira 2026 contempla actividades paralelas a las proyecciones, como conversatorios, espacios de encuentro, Q&A’s con cineastas nacionales e internacionales, talleres, jornadas, funciones al aire libre, sesiones musicales, espacios para las infancias, y muchas otras.
La programación estará conformada por nueve secciones: Pulsos (un panorama del cine documental mexicano contemporáneo), Resistencias (cuyo núcleo incluye temas relativos a la justicia y los derechos humanos), Intersecciones (que reúne una cuidada selección de cine documental internacional), Sonidero (dedicada a la música y al sonido), Coordenadas (películas producidas en cada una de las regiones que visita la Gira), Ambulantito (dirigida a las infancias), Injerto (que alberga propuestas de cine experimental), Retrovisor (enfocada en la revisión de material de archivo cinematográfico) e Invocaciones (retrospectivas y focos que contribuyen a enriquecer la historiografía del género documental).
Los títulos que conforman cada una de las secciones de la programación se irán anunciando a medida que se acerque el inicio de la Gira.
Tema de la Gira 2026: “Confabular”
La sala de cine es un espacio para fabular y confabular: tramar en común, construir confianza, entretejer pensamiento y afecto. El tema de la vigésima primera edición de la Gira de Documentales es “Confabular”.
En palabras del equipo de Programación: “Confabular es inventar en el cruce con los otros, permitir que el lenguaje se abra, que las imágenes respiren, que lo que no tiene nombre encuentre forma; es ampliar el nosotros, multiplicar murmullos, fulgores y pasos hasta delinear horizontes inéditos. Al confabular, por tanto, tramamos y urdimos el nosotros: vínculos, solidaridad y sensibilidades que crecen como el musgo, de abajo hacia arriba, en busca de luz.
”La programación se levanta sobre esas tramas: entre películas, conversaciones y presencias. Propicia espacios en los que el pensamiento se mueve hacia el cuidado y la escucha. Fabulamos en la sala, en la calle, en la voz del otro; confabulamos en los silencios, en el gesto que nos reúne, en la atención que despierta lo común. Desde esas raíces el cine se vuelve territorio vivo: una red que crece, se enreda y se expande hacia la claridad de lo posible”.











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