Una semana después del terremoto que azotó el centro de Japón, las autoridades de la prefectura de Ishikawa informan que está confirmada la muerte de 162 personas hasta la mañana del lunes.
No sé tiene todavía cuantificada la magnitud de los daños y se mantienen los trabajos de reconstrucción de calles y carreteras afectadas por el sismo, para distribuir suministros de socorro y buscar supervivientes.
Como se recordará, el movimiento telúrico de magnitud 7,6 ocurrió después de las 4 de la tarde del 1 de enero. La localidad de Shika, registró una intensidad de 7, máxima en la escala japonesa, en tanto que ciudades como Nanao, Wajima, Suzu, y la localidad de Anamizu, registraron una intensidad de 6 grados.
En Wajima se declaró un incendio en la calle Asaichi, popular entre los turistas y se cree que el fuego consumió más de 200 casas y edificios.
Las autoridades de la prefectura de Ishikawa publicaron el nombre y la dirección de 103 personas en paradero desconocido este lunes, en tanto que la interrupción de sistemas de transporte y comunicaciones impiden aún a las autoridades conocer la magnitud de los daños.
Sin embargo se asegura que en realidad los desaparecidos ascienden a 323.
Unas 2 mil personas en 24 distritos nipones se hallan aisladas a causa de los caminos bloqueados, y más de 28 mil personas están refugiadas en 400 instalaciones de evacuación en medio del inclemente frío.
Mucha gente sigue viviendo en su casa o durmiendo en su vehículo pese a no tener agua corriente ni electricidad.
Los daños en carreteras y la nevada que ha caído en las últimas horas en la península de Noto, la zona más afectada por la tragedia, son el principal escollo para los equipos de asistencia.
Autoridades advirtieron sobre peligro de deslaves en toda la península de Noto. El riesgo se agravó por las nevadas, que se intensificaron durante el fin de semana y que se espera continuen la semana que inicia
Más aún, crece la preocupación de que las condiciones de higiene se deterioren ante la escasez de artículos de primera necesidad y los retretes se han quedado sin agua.
