A días de cumplirse el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el máximo representante de las Naciones Unidas para el resguardo de esos derechos expresó su alarma por la capacidad de las tecnologías digitales para remodelar las sociedades e influir en la política global y alertó los riesgos que implican tales avances para las garantías fundamentales de las personas.
En un discurso pronunciado durante la Cumbre sobre Inteligencia Artificial Generativa y Derechos Humanos, Volker Türk, afirmó que el surgimiento de dicha tecnología es una paradoja del progreso.
“Por un lado, podría revolucionar la forma en que vivimos, trabajamos y solucionamos algunos de nuestros desafíos más complejos. Por otro, aumenta los riesgos de socavar la dignidad y los derechos humanos”, dijo.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos argumentó que se deben evaluar los campos en los que la inteligencia artificial puede tener efectos transformadores en sentido negativo, como en el combate a la discriminación, la participación política, las libertades civiles o el acceso a servicios públicos.
Consideró crucial que los derechos humanos se integren a todo el ciclo de vida de las tecnologías de inteligencia artificial, y explicó que esto requiere de un esfuerzo concertado de los gobiernos y las corporaciones para establecer marcos eficaces de gestión de riesgos y barreras operativas.
Más que ninguna otra cosa, la inteligencia artificial generativa precisa una regulación, "y esa gobernanza debe basarse en los derechos humanos, además de ser capaz de promover una conducta empresarial responsable y la rendición de cuentas por los daños a los que contribuyen las empresas”, puntualizó Türk.
Apuntó que estacó que si bien en la actualidad existe un reconocimiento de la urgencia de gobernanza de esas tecnologías, las iniciativas para establecerla son inconsistentes y con frecuencia no dan a los derechos humanos el énfasis adecuado .
Ante esta falta de consistencia, recalcó que hace falta que los Estados protejan a las personas de los abusos contra los derechos humanos inducidos por la inteligencia artificial, y abundó que eso significa que todos los Estados deben alinear sus marcos regulatorios con sus obligaciones marcadas en las leyes de derechos humanos.
En cuanto a las empresas, subrayó que deben garantizar que sus algoritmos de inteligencia artificial, procesos operativos y modelos de negocio garanticen el respeto de los derechos humanos. (Naciones Unidas)
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