Una multitud estimada en más un millón de personas acudió este domingo a la misa presidida por el papa Francisco para poner fin a la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa.
Al terminó de la misa se anunció oficialmente que la próxima edición se celebrará en Seúl en 2027.
El pontifice aseguró así "que desde la frontera occidental de Europa se trasladará al lejano oriente y esto es símbolo de la universalidad de la Iglesia".
De esta manera, el obispo de Roma encabezó el último acto masivo de la mayor reunión internacional de católicos, y las estimación de número de asistentes, según autoridades lusitanas citadas por el Vaticano, pudo llegar al millón y medio de personas.
La misa de clausura con el papa fue difundida por varias pantallas gigantes, y comenzó ante 10 mil sacerdotes, 700 obispos y 30 cardenales, en el enorme altar colocado en el recinto en un antiguo vertedero en las afueras de Lisboa.
Los organizadores habían proyectado que la vigilia y la misa del domingo podrían reunir un millón de personas, en un evento cancelado en 2022 a causa de la pandemia de coronavirus.
Antes de partir de regreso a Roma, el papa tenía agendado un encuentro con los 24 mil voluntarios que participaron en la organización del evento.
Casi 30 años después del evento de Filipinas en 1995, un país asiático volverá a acoger la próxima Jornada Mundial de la Juventud .
