Denuncia Corea del Sur maltrato a trabajadores detenidos en Estados Unidos
- Información 25
- 14 sept
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Esto lo sabe medio mundo pero no todos lo denuncian: muchos migrantes que son detenidos en el Estados Unidos de hoy, son víctimas de humillaciones y mismos tratos.
Hace pocas horas que arribaron a Seúl los más de 300 trabajadores sudcoreanos detenidos por los servicios de aduanas y migración norteamericanos en una fábrica del estado de Georgia, quienes aceptaron la deportación voluntaria y dieron repatriados por el gobierno de si país.
Y los detalles de su detención y confinamiento se empiezan a conocer.
El ministro del Trabajo de Corea del Sur, Kim Yong-hoon, condenó lo que calificó de trato brutal impuesto a los trabajadores detenidos por las autoridades de inmigración estadounidenses, y se dijo "conmocionado" según el medio The Financial Times.
Kim aludió a las imágenes de trabajadores sudcoreanos, quienes fueron encadenados en la planta por oficiales armados del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).
A su juicio, "la forma en que se hizo, ni siquiera los prisioneros de guerra serían tratados así. Fue un 'shock' para muchos coreanos, y yo sentí lo mismo", acusó el funcionario.
Si bien reconoció el derecho de Washington a tomar medidas contra los trabajadores indocumentados, el alto funcionario señaló que esos operarios no estaban ocupando empleos de los trabajadores estadounidenses, sino que "estaban construyendo una planta que emplearía a los estadounidenses en el futuro".
La detención masiva se produjo en las obras de una planta de baterías para vehículos eléctricos, propiedad de Hyundai Motor y LG Energy Solution Ltd. en el condado de Bryan, en Georgia.
Los centenares de detenidos trabajaban ilegalmente en el país.
El vuelo de Korean Air con más de 300 trabajadores detenidos aterrizó el viernes en Seúl tras una semana de negociaciones entre Washington y Seúl.
El presidente convicto estadounidense, Donald Trump, ofreció a los trabajadores sudcoreanos quedarse, cosa que solo uno de ellos aceptó, y muchos de los deportados han jurado no volver al país norteamericano.
El presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, manifestó que la redada masiva podría hacer que las empresas de su país "se muestren reacias" a realizar inversiones directas en Estados Unidos, señalando que "podría ser desventajoso o difícil establecer una fábrica allí, por lo que no pueden sino agonizar ante ello".











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