Un informe presentado esta semana por un grupo de expertos de la ONU afirma que es necesario regular a escala mundial el floreciente campo de la inteligencia artificial, y añade que el desarrollo y uso de esa tecnología “no puede dejarse únicamente al capricho de los mercados”.
El reporte final del grupo nombrado por el Secretario General de la ONU apunta que "la propia naturaleza de la tecnología, transfronteriza en su estructura y aplicación, hace necesario un enfoque global”.
La inteligencia artificial está transformando nuestro mundo, desde la apertura de nuevas áreas de investigación científica y la optimización de las redes de energía, hasta la mejora de la salud pública y la agricultura y la promoción del progreso en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Sin embargo, aunque existe enorme potencial para el bien, si no se gobierna, los beneficios de la Inteligencia Artificial podrían limitarse a unos cuantos Estados, empresas y particulares pioneros; y en un esfuerzo por mitigar estos riesgos, el informe presenta recomendaciones para establecer un marco de gobernanza mundial de la Inteligencia Artificial
Mas aún, en el informe también se expresa la máxima preocupación por las formas en que esta herramienta tecnológica puede utilizarse para trasgredir los derechos humanos.
Las propias materias primas necesarias para las tecnologías de Inteligencia Artificial, incluidos minerales críticos, se obtienen a nivel mundial, lo que conduce a una batalla por el poder y la riqueza sobre estos productos escasos a escala global.
Además, los sistemas de armas autónomas podrían tomar decisiones sin intervención humana, lo que plantearía cuestiones éticas y jurídicas sobre la rendición de cuentas y la protección de los civiles durante los conflictos. El creciente potencial de una carrera armamentística impulsada por los avances de esta tecnología también podría poner en peligro la seguridad humana.
De igual forma, el sesgo y la vigilancia de la Inteligencia Artificial, es otro motivo de preocupación, ya que la creación y difusión de desinformación podría perjudicar a la población civil.
Ya empiezan a aparecer disparidades. En términos de representación, partes enteras del mundo han quedado fuera de las conversaciones internacionales sobre gobernanza de la IA.
Por ejemplo, sólo siete países (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y EE.UU.) participan en siete iniciativas destacadas de IA ajenas a la ONU, mientras que 118 países, principalmente del Sur Global, no participan en ninguna.
“La equidad exige que más voces desempeñen papeles significativos en las decisiones sobre cómo gobernar la tecnología que nos afecta”, afirma el informe.
Para abordar estas preocupaciones, el grupo de expertos de la ONU propone varias recomendaciones para regular el uso de la Inteligencia Artificial.
Las recomendaciones del informe incluyen un panel científico internacional independiente sobre IA, un diálogo político intergubernamental y con múltiples partes interesadas sobre su gobernanza, que se celebre dos veces al año para compartir las mejores prácticas y un fondo mundial para la IA con el fin de reducir la brecha digital.
El grupo también subrayó que cualquier despliegue de Inteligencia Artificial en entornos militares debe cumplir el derecho internacional humanitario y las normas de derechos humanos, y recomendó que los Estados establezcan marcos jurídicos y mecanismos de supervisión sólidos.
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