Esta semana definirá la FIFA en su Congreso cuál será la sede del Mundial femenil 2027, aprovechando la reunión de los dueños del balón en la capital tailandesa de Bangkok.
Luchan por la sede mundialista la candidatura conjunta de Bélgica, Holanda y Alemania, y la que presentó Brasil en solitario, luego de que Estados Unidos y México retiraran a finales de abril pasado la que parecía una candidatura conjunta ganadora.
La decisión final recaerá en las 211 federaciones que forman parte de la FIFA, y se estima que Brasil es el favorito para organizar el torneo, después de salir bien evaluado el mes pasado en un reporte de la FIFA.
Por otro lado, el organismo rector del futbol mundial dio un paso adelante para abrir la puerta a cambios en el reglamento que impide a las ligas nacionales llevar sus partidos a otros países.
Es el negocio el que priva desde hace un tiempo las decisiones de la FIFA por encima de los aficionados locales que verán paulatinamente que habrá partidos de sus equipos que se celebre en el extranjero.
Es posible que Estados Unidos y Arabia Saudita hagan sonar las monedas o mostrar los fajos de dólares para recibir más partidos de los principales países europeos, y el presidente de la FIFA Gianni Infantino, bueno para el dinero y las declaraciones demagógicas, de plano no respondió las preguntas al respecto.
Tampoco llevo a cabo una conferencia de prensa en Bangkok donde se realiza la reunión del Consejo de FIFA. Solo acordó crear un grupo de trabajo para analizar los “partidos fuera de territorio”.
Hasta ahora, los equipos de Italia, España y Francia han podido viajar a Arabia Saudita, China e Israel buscando dólares con sus Supercopas, partidos casi de exhibición entre los campeones de liga y copa de la campaña anterior.
La FIFA creará un panel de 10 a 15 personas que representan a socios del fútbol para aconsejar en los próximos meses sobre posibles cambios a las reglas de partidos fuera de territorio. Las reglas fueron modificadas en el 2014 y requieren aprobación de las federaciones miembro de la FIFA y de las confederaciones que recibirán los partidos para disputar duelos fuera de su territorio.
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