Ni ellos mismos pueden ponerse de acuerdo. De ese tamaño es la división del bloque más conservador de la política en Estados Unidos.
El congresista por Luisiana Steve Scalise, nominado a liderar la Cámara de Representantes de Estados Unidos abandonó su candidatura después de que no encontró suficientes apoyos para ganar la elección.
Lo ocurrido mantiene en la parálisis a la cámara baja del Congreso, con las consecuencias que esto trae.
Scalise ganó el miércoles por muy poco margen la votación interna republicana para sustituir al destituido Kevin McCarthy de la presidencia del órgano legislativo, pero no pasaron muchas horas para que concluyera que no conseguiría los 217 votos necesarios en el pleno de la Cámara.
Congresistas opositores de su propio partido se sumaron para negarle el respaldo, fracasando así las negociaciones en los pasillos del Congreso, con lo que la Cámara Baja lleva una semana sin funcionar y no se Ben salidas inmediatas a la crisis.
En el Senado, los demócratas tienen la mayoría, y en la Cámara de Representantes, los republicanos pelean entre ellos, tras la destitución de Kevin McCarthy el 3 de octubre debido a disputas entre republicanos moderados y partidarios del expresidente Donald Trump, en pugna por controlar la cámara baja.
Como consecuencia de esto, Estados Unidos no puede votar ayuda para Israel, en guerra con el movimiento islamista palestino Hamás en Gaza, no puede otorgar más fondos para Ucrania.
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