Callan a diputado tras hablar durante 23 horas seguidas en el Parlamento de Bélgica
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Un legislador del Congreso belga de plano tuvo un ataque de diarrea verbal, porque hizo uso de la palabra y no paró de hacerlo hasta que el cronómetro marcó que ya llevaba 23 horas seguidas de baja bla bla, ante la comisión de Finanzas del Parlamento federal belga.
El objetivo de esta maratónica participación tenía la finalidad de retrasar la adopción de una ley que permitiría a las autoridades fiscales cruzar datos bancarios y de patrimonio con más rapidez
Luego de tomarse el micrófono casi un día, y luego de ser reconvenido porque su intervención incurría en repeticiones y el presidente de la comisión terminó por retirarle la palabra.
El diputado ávido de hablar, hablar y hablar, es el exministro de Justicia y diputado liberal flamenco Vincent Van Quickenborne, quien concluyó su intervención a las 13.00 horas del miércoles para poner fin a una intervención que había iniciado el martes.
En total, Van Quickenborne acaparó 5; sesiones de la comisión desde el 21 de octubre, ante lallewgos del resto de diputados y sorpresa de la prensa.
En la última sesión que aderezó con pizzas y gofres, este diputado recurrió a maniobras dilatorias como repasar el árbol genealógico completo de otro diputado de su partido o elogiar a las personas encargadas de redactar las actas de las reuniones.
El político afirmó que el proyecto de ley del Gobierno, y en especial la enmienda sobre "datamining" de la normativa fiscal, eliminaría el secreto bancario e instauraría la presunción de culpabilidad, pues se analizarían esos datos de forma automática incluso aunque no exista sospecha de fraude
El diputado pretendía frenar la tramitación del texto para que no pueda entrar en vigor el 1 de enero. En su época como ministro, Van Quickenborne protagonizó varias noticias llamativas, como tener que vivir especialmente protegido debido a un presunto plan de la mafia para secuestrarle o presentar la dimisión tras un escándalo conocido en Bélgica como el "Pipigate".
El entonces ministro celebraba su 50 cumpleaños con una fiesta en una residencia privada en agosto de 2023 y algunos de sus invitados orinaron en varias ocasiones sobre un furgón de Policía aparcado enfrente de la vivienda del político.









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