Colombia le asestó un golpe importante al narcotráfico al capturar a Dairo Antonio Úsuga, conocido con el apodo de "Otoniel", considerado el capo más buscado en el país cafetalero.
Estados Unidos había ofrecido una recompensa de 5 millones de dólares por la captura del capo, y el arresto del mafioso fue anunciado por las autoridades colombianas.
Según el presidente colombiano Iván Duque, la captura del líder de la organización de narcotraficantes más grande de Colombia, es el golpe más fuerte al crimen organizado desde la muerte de Pablo Escobar en 1993
El mandatario señaló que "este es el golpe más duro que se le ha propinado al narcotráfico en este siglo en nuestro país", en una declaración dónde confirmó la captura del líder del Clan del Golfo.
Está organización sería responsable del envío de toneladas de cocaína a Estados Unidos, así como de montar una red criminal dedicada a cobrar extorsiones a empresarios y comerciantes en la región de Urabá y en la costa Atlántica.
Es también señalada por asesinar a policías y líderes sociales.
