La solución real al conflicto en Medio Oriente pasa porque Estados Unidos analice su proceder con Israel: el gobierno judío ya no le hace caso a Washington.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió en la Casa Blanca al rey Abdalá II de Jordania y a su esposa, la reina Rania.
Gaza fue el tema central de las pláticas de y según Biden, "estamos trabajando activamente por la paz, la seguridad y la dignidad tanto para el pueblo palestino como para el pueblo israelí. Y estoy trabajando en esto día y noche".
De acuerdo con el el demócrata, "Estados Unidos está trabajando en un acuerdo de rehenes entre Israel y Hamás, que traería un período inmediato y sostenido de calma a Gaza durante al menos 6 semanas".
El mandatario norteamerlcano insistió en que "necesitan ser protegidos" los civiles que se refugian en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, en la frontera con Egipto.
El problema es que el estado hebreo ya no responde a los llamados las señales que le manda la Casa Blanca.
Por su parte, el líder jordano expresó que "necesitamos un alto el fuego duradero ahora", y advirtió y que "no podemos permitir un ataque israelí contra Rafah, eso produciría una catástrofe humanitaria".
Está es la primera ocasión que visita del rey de Jordania a la Casa Blanca desde el inicio de la brutal ofensiva israelí en Gaza el 7 de octubre y también desde el ataque del 28 de enero en el que murieron tres soldados estadounidenses en territorio jordano.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre indicó que que ambos dirigentes tenían programado hablar sobre los esfuerzos de Washington para "apoyar al pueblo palestino", incluyendo un aumento de la ayuda humanitaria y "una visión de para que incluya una solución de dos Estados".
