En 2023, se registraron un promedio de 532 atrocidades cada mes, 19% más que las registradas en 2021, asegura el estudio “Galería del horror: atrocidades y eventos de alto impacto registrados en medios periodísticos”, que lleva a cabo la organización no gubernamental Causa en Común.
Apunta que el año pasado se cometieron en el país al menos, 6 mil 378 crímenes de extrema violencia que pueden ser clasificados como atrocidades, y se toma como base de información lo que publican los medios, con el margen de error que estop implica en estos tiempos,
Para efectos del estudio, se define “atrocidad” como el uso intencional de la fuerza física para causar muerte, laceración o maltrato extremo; para causar la muerte de un alto número de personas; para causar la muerte de personas vulnerables o de interés político, y/o para provocar terror.
Apunta que las 3 atrocidades que más se registraron en el país fueron: tortura, con al menos mil 789 casos; asesinatos de mujeres con crueldad extrema, con al menos 935 casos; y mutilación, descuartizamiento y destrucción de cadáveres, con al menos 645 casos.
Las 10 entidades con más atrocidades fueron: Baja California, Guanajuato, Chihuahua, Guerrero, Morelos, Jalisco, Puebla, Veracruz, Michoacán y Zacatecas. Ciudad de México, 24 de enero de 2024.-
El estudio detalla que durante el 2023, en promedio se registraron 17 atrocidades cada día
De igual forma se acumularon, al menos, 266 asesinatos de niñas, niños y adolescentes; en promedio, 22 casos al mes.
El reporte da cuenta también de 487 actos violentos contra las autoridades, 451 casos de violaciones agravadas y el hallazgo de 297 fosas clandestinas.
Entre los apuntes que anexa Causa en Común a su informe, afirma que son indispensables las aproximaciones sociológicas que trasciendan los enfoques meramente policiacos y que permitan la comprensión de las realidades locales.
Menciona que es evidente que la acumulación de violencias y atrocidades refleja patologías graves que presentan un reto social mayúsculo, y que a los enfoques policiales y sociológicos, deben sumarse enfoques psicológicos. Por ello, contrario al desmantelamiento prevaleciente de estructuras y programas del sector salud, deben fortalecerse e incluir, de manera prioritaria, la atención psicológica especializada a escala nacional.
Además, dotar de presupuesto, medios técnicos y humanos a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y a la Comisión Nacional de Búsqueda a fin de garantizar servicios esenciales y atención jurídica y económica a las víctimas de atrocidades y a sus familiares.
Asimismo, generar alianzas estratégicas con organizaciones de la sociedad civil, iniciativa privada y gobiernos a fin de colaborar en la construcción de programas y proyectos de seguridad, de prevención y sociales, que respondan a las realidades de cada comunidad y región del país.
