Perú es quizás el país en el que más ha hecho su trabajo la justicia para castigar a los implicados en el escándalo de la constructora brasileña Odbrecht, y este lunes comenzó el primer juicio por corrupción contra un expresidente en un caso ligado a la constructora
Un juzgado penal en Lima será quien determine la responsabilidad del expresidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia, para quienes la fiscalía pide 20 y 26 años de cárcel, respectivamente.
Humala gobernó Perú entre 2011 y 2016, y la pareja presidencial ha sido acusada de lavado de activos en organización criminal con Odbrecht.
La empresa brasileña aceptó haber hecho fuertes pagos en 2016 cómo sobornos a políticos en varios países latinoamericanos para conseguir obras públicas que les reportaban enormes ganancias.
La fiscalía peruana asegura que Humala y Heredia recibieron millones de dólares ilegales para las campañas presidenciales de 2006 y 2011 por parte del gobierno del entonces presidente venezolano Hugo Chávez y de la constructora brasileña.
Heredia habría ocultado el dinero de Odebrecht adquiriendo inmuebles, y la fiscalía también pide que el partido del expresidente se disuelva porque fue usado para recibir el dinero ilegal.
Además de Humala y Heredia, la fiscalía acusa a otras 9 personas, entre las que están el hermano y la madre de Heredia, y la sesión judicial de hoy se hizo de forma virtual debido a la pandemia de coronavirus.
Humala fue el primer expresidente peruano y permaneció preso al igual que su mujer entre 2017 y 2018 para evitar que se fugaran del país.
El escándalo Odebrecht salpicó a otros presidentes que gobernaron Perú desde 2001. Alejandro Toledo (2001-2006) está bajo arresto domiciliario en Estados Unidos, Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) está bajo arresto domiciliario en Perú, y Alan García, quien gobernó entre 1985 y 1990 y luego entre 2006 y 2011, se suicidó en 2019 minutos antes de ser detenido.
Las pesquisas alcanzan a la excandidata derechista Keiko Fujimori, así como varios exgobernadores, mientras que otros países como por ejemplo México, es hora que no hay sentenciados y las investigaciones en torno a los pocos implicados que se conocen oficialmente, simplemente no avanzan.
