En medio del cada vez más difícil rescate de víctimas de la serie de sismos del pasado sábado, los afganos siguen sintiendo como se mueve la tierra y un temblor de 4.7
grados sacudió este lunes el oeste de Afganistán.
Los movimientos telúricos dejan hasta ahora cerca de 2 mil 500 personas muertas y al menos 2 mil heridos.
El sismo de hoy 4,7 se reportó a 30 kilómetros al sureste de la aldea de Qarabagh en la provincia de Herat, de 10 kilómetros de profundidad, en el oeste de Afganistán, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos.
Este es el segundo movimiento telúrico en esta provincia, aunque en distritos distintos, precedido de otro de 4,9 de magnitud reportado la mañana del lunes.
Centenares de voluntarios buscan como pueden sobrevivientes o cuerpos sin vida, y según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, hay además unos 516 desaparecidos.
Los hospitales están al tope de heridos y no hay recursos para atender a las víctimas, mientras el represor régimen Talibán espera que naciones y organismos internacionales respondan al llamado de la emergencia, algo que solo han hecho Irán, Pakistán y China.
Ya se envió algo de ayuda humanitaria, medicinas y alimentos esenciales, pero Afganistán también necesita tecnología y equipos de rescate especializados para las operaciones.
La Media Luna Roja afgana llevó ayuda al distrito de Zinda Jan de la provincia de Herat, y se envían tiendas de campaña, lonas, materiales para almacenar agua, mantas, ropa, utensilios de cocina y alimentos.
Grupos de voluntarios instalaron un campamento en la zona para proporcionar refugio a las personas sin hogar.
