El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social de Japón reporta que el año pasado, se registraron en las 47 prefecturas del país 720 mil 988 nacimientos, lo cual supone un mínimo histórico desde que comenzaron los registros en 1899. La cifra empieza a preocupar a las autoridades niponas.
El número de nacimientos es un 5 % inferior a la de 2023 y es el noveno año consecutivo de descenso. La estadística preliminar para 2024 incluye a los hijos de extranjeros residentes en Japón.
El Instituto Nacional de Investigación sobre Población y Seguridad Social preveía hace 2 años que el número de nacimientos en Japón caería por debajo de 730 mil hasta el año 2039, pero ese umbral se ha cruzado 15 años antes de lo anticipado.
La autoridad no ha dado a conocer la cifra que corresponde solo a bebés japoneses. Sin embargo, es probable que caiga por debajo de 700 mil por primera vez en la historia.
Japón experimentó un importante repunte de nacimientos tras la Segunda Guerra Mundial, de 1947 a 1949, año en el que alcanzaron un máximo histórico de alrededor de 2 millones 700 mil. El número se disparó de nuevo durante el segundo “baby boom”, de 1971 a 1974, alcanzando casi 2 millones 100 mil en 1973.
Desde entonces, la tendencia ha sido a la baja. Los nacimientos cayeron por debajo del millón por primera vez en 2016, y desde entonces no han dejado de descender.
En cuanto a las defunciones, cifras preliminares indican que el año pasado se registró un número récord en torno a 1 millón 600 mil en Japón, superando con creces el número de nacimientos. Como resultado, el descenso neto de la población se sitúa en torno a las 898 mil personas.
Fuentes del ministerio atribuyen el descenso histórico de nacimientos a varios factores. Entre ellos, la merma de la población joven, la tendencia a casarse más tarde y una caída temporal del número de matrimonios debido a la pandemia, por lo que tomará medidas para aumentar los ingresos de los jóvenes y crear un entorno que los ayude a compaginar el trabajo con la crianza de los hijos
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