Se imagina dejar de ver a las estrellas por contaminación lumínica?

La contaminación lumínica ocasionada por el alumbrado artificial durante la noche, además de tener consecuencias para la salud humana y de la fauna, nos impide apreciar astros y constelaciones.

Un beneficio nos perjudica de alguna manera.

Se sabe que las grandes ciudades no son idóneas para ver las estrellas, y científicos consultados por el diario The Guardian coinciden en que el aumento del uso de diodos emisores de luz (LED) ha provocado que la Vía Láctea y otros cuerpos celestes sean cada vez menos visibles.

Es tal la consecuencia de usar esa iluminación que los expertos estiman que las estrellas podrían ser invisibles en unos 20 años.

En un estudio publicado hace ya 7 años, un grupo de astrónomos estimó que, debido a la contaminación lumínica, la Vía Láctea ya no era perceptible a simple vista para una de cada 3 personas en el mundo. Al paso de los años, la situación ha ido empeorando año a año.

Cada vez se aprecian menos estrellas, y según investigadores del Centro Alemán de Geociencias, de 2011 a 2022 el cielo nocturno se ha vuelto 9,6 % más brillante cada año, algo que amenaza con eclipsar la mayoría de las estrellas, salvo las más brillantes, en una generación.

A manera de ejemplo, un niño nacido en un lugar donde se ven 250 estrellas por la noche, únicamente podrá observar alrededor de 100 cuando cumpla 18 años.

Christopher Kyba, del Centro Alemán de Geociencias, expuso que "hace un par de generaciones, la gente se habría enfrentado regularmente a una brillante visión del cosmos, pero lo que antes era universal, ahora es extremadamente raro. Solo las personas más ricas del mundo, y algunas de las más pobres, lo experimentan. Para todos los demás, más o menos ha desaparecido".

Sin embargo, aseguró que aplicar ligeros cambios en las luminarias podría reducir la contaminación lumínica, como serían garantizar que las luces exteriores tengan pantallas bien colocadas y apunten hacia abajo, limitar su intensidad y asegurarse de que tengan un espectro de luz rojo-naranja.

Robert Fosbury, profesor del Instituto de Oftalmología de la University College de Londres, señaló que las luces azuladas LED carecen del espectro de luz roja o infrarroja que, al incidir en nuestro cuerpo, estimula el desdoblamiento del azúcar en la sangre y la producción de melatonina. Esta situación podría tener consecuencias negativas para la salud humana.

Del mismo modo, los especialistas han alertado sobre las consecuencias que la iluminación artificial tiene sobre la fauna.

Entre las especies afectadas se encuentran las tortugas marinas, las aves migratorias y otros organismos que se guían por la luz de la luna. Además, gran cantidad de insectos, fuente de alimento de diversos animales, se ven atraídos por las luces artificiales y mueren inmediatamente al entrar en contacto con la fuente, lo que podría amenazar al equilibrio del ecosistema.