Un informe preliminar del incidente en el que una persona murió y un centenar más resultaron lesionadas a bordo de un avión de Singapore Airlines, achaca lo ocurrido a la pérdida de altitud de unos 54 metros debido al cambio "rápido en la fuerza gravitacional".
La mayoría de los heridos no llevaban abrochado el cinturón durante el vuelo SQ321.
Se trata del primer accidente de Singapore Airlines con fallecidos desde la tragedia del SQ006 en el 2000, que chocó tras despegar de una pista incorrecta desde Taiwán durante un monzón, causando 83 muertos de los 179 pasajeros a bordo.
La aeronave, un Boeing 777 que cubría la ruta entre Londres y Singapur, sobrevolaba el sur de Birmania cuando entró en una zona de turbulencias el pasado 21 de mayo.
Mientras los pilotos, que activaron la señal de "abrocharse los cinturones", trataban de controlar la velocidad y altitud de la aeronave, el aparato sufrió un cambio "rápido en la fuerza gravitacional", el cual provocó que "los ocupantes que no tenían el cinturón abrochado salieran despedidos".
El informe publicado por el Ministerio singapurense de Transporte, indica además que "los rápidos cambios en la fuerza gravitacional durante 4,6 segundos de duración dieron como resultado una pérdida de altitud de 178 pies (54 metros). Esta secuencia de eventos probablemente causó las lesiones a la tripulación y a los pasajeros"
En cuanto la tripulación de cabina informó a los pilotos lo ocurrido entre los pasajeros, se tomó la decisión de cambiar el rumbo y solicitar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto tailandés Suvarnabhumi de Bangkok.
La víctima mortal era un británico de 73 años de edad, quien pereció en pleno vuelo por un ataque cardíaco, mientras que los heridos fueron atendidos en hospitales de la capital tailandesa.
Hasta hace unas horas, 28 pasajeros, entre ellos un español, permanecen todavía ingresados.
Las autoridades de Singapur detallaron la cronología del incidente luego de analizar las datos del registro de vuelo y en la caja negra del avión, en una investigación en la que también participaron representantes de las autoridades estadounidenses y de la compañía Boeing.
