Los habitantes de la ciudad francesa de Marsella tuvieron este jueves un día de fiesta, vitoreando a los portadores de la antorcha con la llama olímpica que recorrieron varias calles de la ciudad, horas después de que llegara al puerto en un legendario velero que fue objeto de una gran ceremonia de recepción.
La llama olímpica inició así su viaje de 11 semanas por Francia, en la que unos 10 mil portadores recorrerán más de 450 localidades hasta la ceremonia de apertura de los Juegos en París el 26 de julio. Marsella será sede de las pruebas de vela y algunos partidos de fútbol durante los Juegos veraniegos.
El exfutbolista Basile Boli, quien jugó para el Marsella en la década de 1990, comenzó el relevo del jueves desde la basílica de Nuestra Señora de la Guardia, y expresó que estaba “muy orgulloso”.
“Uno se siente en la cima del mundo, porque con una llama olímpica hay un fervor especial (...) ¡ Es el símbolo del deporte!”, afirmó Boli, quien más adelante dejó la antorcha en manos del exjugador de basquetbol Tony Parker para el segundo relevo, en una playa abarrotada de gente que tomaba el sol y celebraba el paso de la antorcha.
Otros atletas de disciplinas como esgrima y skateboarding, además de un cocinero con estrella Michelin y un comediante, fueron elegidos para llevar la llama. Tony Etanguet, presidente del comité organizador de los Juegos de París, llamó a tener “una celebración fantástica”, y dijo que “los juegos están de vuelta en nuestro país…compartamos este momento fantástico de celebración con millones de personas en el país”.
Los participantes recorrerán los lugares más emblemáticos de la ciudad durante el día hasta llevar la antorcha al tejado del Estadio Velódromo, sede del club de fútbol de Marsella.
Una de las portadoras sería la gimnasta ucraniana Mariia Vysochanska, que ganó 2 medallas de oro en el Campeonato Europeo de 2020 y compitió en los Juegos Olímpicos de Tokio, como una forma de expresión de solidaridad con Ucrania y un gesto simbólico por el Día de Europa, que se celebra el 9 de mayo.
La ciudad celebró el miércoles la llegada de la llama, y el alcalde, Benoît Payan, dijo que más de 230 mil personas habían asistido a la ceremonia en el puerto antiguo.
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