Francia vive momentos difíciles debido a las protestas sociales derivadas primero de la nueva ley de pensiones y después por la muerte de un joven a manos de la Policía.
Se viene un aniversario más de la Revolución del 14 de julio, y ante la tradición de festejar el acontecimiento, el Gobierno francés prohibió en voz de la primera ministra Élisabeth Borne la venta de fuegos artificiales, salvo a profesionales.
La funcionaria dijo en una entrevista que publica en internet el diario Le Parisien que había firmado ya “un decreto que prohíbe vender, portar o transportar fuegos artificiales", y precisó que “solo podrán comprarlos los profesionales que organizarán los fuegos artificiales en los municipios".
La policía francesa ha confiscado en los últimos días, varios cargamentos de fuegos artificiales con destino dudoso, uno de ellos, con 2,7 toneladas las cercanías de la ciudad de Rennes.
Borne aseguró el despliegue de "medios masivos para proteger a los franceses" la noche del 13 y la jornada del 14, y reconoció que hay "inquietud" en la población y en los responsables locales por la posibilidad de que haya nuevos disturbios, luego de que la muerte hace casi 2 semanas de Nahel, un joven de 17 años que conducía sin permiso un coche y trataba de escapar a un control, siendo objeto de un disparo de arma de fuego por parte de un policía.
Borne reconoció que han pedido a las plataformas de redes sociales que actuaran para frenar la difusión de material violento que pueda incitar a desatar más disturbios, “pero por supuesto que no vamos a privar a los franceses de internet porque haya violencia".
