Seguramente los jilgueros las van a aplaudir su que no resuelven en lo esencial la crisis deportiva del fútbol mexicano, cuya selección es un negociazo para algunos dueños.
En la maquillada que se pretende dar al reglamento, los dueños del balón plantean de nueva cuenta la obligatoriedad para utilizar a jugadores jóvenes en partidos oficiales, además de nuevas reglas para los jugadores extranjeros y un programa para formar a más entrenadores mexicanos.
La presentación de estás sesudas iniciativas corrió a cargo del presidente de la Liga MX, Mikel Arriola, dizque mejorar un fútbol como el mexicano, que tiene muchos más problemas que los planteados en estás 3 "propuestas".
Así, desde el torneo Apertura 2024, los equipos deberán darle mil minutos de juego a futbolistas de 19 años o menores, cifra que se aumentará a mil 530 para el periodo 2025-26.
Se trata prácticamente se la misma regla para alinear a jugadores jóvenes que se pudo en práctica hace casi 2 décadas y que entregó pobres resultados
Asimismo, y partir del 2025, los futbolistas foráneos deberán haber participado en las principales ligas de Europa o Sudamérica, y haber tenido un mínimo de minutos en partidos con la selección absoluta de su país, sin que no se aclarara cuántos minutos se tomarán en cuenta y a qué ligas se refiere la propuesta.
Los jugadores naturalizados dejarán de contar como no formados en México, y cada equipo podrá acceder a 2 jugadores libres que no cumplan con esos requisitos y se mantendrá el número de 7 jugadores no formados en México, que podrán estar en el campo por partido.
Mas de lo mismo, que para que haya espectáculo, dicen los directivos de ls Federación Mexicana de Fútbol, no del fútbol mexicano.
Finalmente, y a partir de junio de 2025, los entrenadores que se formen en México deberán contar con cursos apegados a los estándares FIFA y alineados a la metodología de LICENCIAS UEFA”.
De otros asuntos tanto o más importantes como terminar con la multipropiedad o retomar el ascenso y descenso de equipos, nada absolutamente, tomándole de nuevo el pelo a la afición, luego de que se prometieran cambios en el futbol profesional tras el ridículo hecho en el mundial de Catar.
La culpa es de los aficionados que consumen esa mediocridad y sigue llenando los bolsillos de empresarios con dinero, pero con cerebros muy rudimentarios en materia de fútbol.
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