La decisión rusa de terminar con el acuerdo del mar Negro que permitía las exportaciones de cereal ucraniano y aliviar la situación de un número enorme aunque indeterminado de personas en riesgo de hambruna, provocó otro choque entre los representantes diplomáticos de las potencias occidentales Moscú, en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Está vez, la importancia del asunto llevó hasta la sede del Consejo en Nueva York a varios cancilleres, entre ellos los de Reino Unido, Francia y Alemania, quienes lanzaron duros comentarios contra la decisión del Kremlin
El británico James Cleverly, aseguró que "ñas acciones de Rusia están quitando comida de la boca a la gente más pobre de África, Oriente Medio y América Latina”.
Para la titular de la diplomacia francesa, Catherine Conna, se trata de un chantaje por la parte rusa y dijo que la Unión Europea va a buscar ampliar la salida de productos agrícolas ucranianos por otras vías.
El ministro de Exteriores ucraniano, Dmitró Kuleba, acusó a Rusia de poner en riesgo la seguridad alimentaria global y dijo que Kiev está estudia opciones para seguir exportando grano.
En cambio el embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, cuestionó la iniciativa del mar Negro e insistió en que la mayor parte del cereal no ha ido a los países más necesitados, y dejó claro que Moscú no retomará el acuerdo si no se cumplen sus demandas sobre las facilidades para sus exportaciones.
