El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, sigue bajo investigación tribunales ibéricos como presunto responsable de agresión sexual y coacciones tras besar a la jugadora Jenni Hermoso luego de la final que España le ganó a Alemania en el Mundial Femenil 2024.
Quien lo juzgó y sancionó más rápido fue la FIFA, que inhabilitó a Rubiales 3 años y hoy dio a conocer las razones que fundamentaron la sanción en un informe firmado por el presidente de la Comisión Disciplinaria de la FIFA Jorge Iván Palacio.
Rubiales no podrá tener ninguna relación con cualquier actividad futbolística federada, y según la FIFA, se aplicó el artículo 13 de su Código Disciplinario, considerando “esencial subrayar que tal beso era completamente inaceptable [...] independientemente de que hubiera sido consentido o no".
La FIFA señala que al representar a un país que acababa de ganar el torneo femenino más prestigioso y al ocupar el cargo más alto dentro de la asociación, "se espera que su presidente se comporte con el máximo nivel de compostura y discernimiento".
El texto explica que la decisión fue adoptada no solo por el beso a Jenni Hermoso, sino por otras acciones como el tocamiento de sus genitales, lo cual la FIFA considera un gesto "que refleja una actitud misógina".
Para el organismo rector del fútbol mundial, "España es un ejemplo de igualdad de género y su compromiso con esta lucha, como demuestra su selección nacional femenina de fútbol, especialmente en el contexto del presente procedimiento disciplinario. Este gesto está empañando definitivamente la imagen de España y la comprensión general de la cultura española".
La resolución apunta que "en varias imágenes tomadas durante las celebraciones posteriores [...], el demandado lleva a la jugadora española Athenea del Castillo sobre su hombro", y en otro video se ve a Rubiales dando un beso en la mejilla a la futbolista Olga Carmona.
Asimismo, la FIFA denunció que Rubiales no se había disculpado con Jenni Hermoso, "ni públicamente ni al menos en privado", y persistió en su negación, afirmando que el beso fue consentido.
Vara diferente la que usa la FIFA, que no procedió de la misma manera o castigó las señas obscenas del portero de la selección argentina, Emiliano Martínez, en el Mundial de Catar.
