Para Cruz Roja Internacional, las municiones de racimo representan un peligro para la población civil, y en especial para los niños
Esto dijo hoy la vocera del Comité Internacional de la Cruz Roja, Fatima Sator, luego de que la Casa Blanca decidiera suministrar esas municiones a Ucrania.
Sostiene que "independientemente de dónde se use este tipo de armas, tiene consecuencias humanitarias graves para las comunidades durante muchos años*.
En declaraciones recogidas por la agencia rusa RIA Novisti, Sator dijo que "hemos visto demasiadas veces por todo el mundo cómo niños pueden confundirlas con juguetes y resultar heridos. Matan y mutilan indiscriminadamente. Hacen inseguro el regreso de las personas desplazadas por la guerra a sus casas y de los granjeros a sus campos durante muchos años, si no décadas, después de que finalizan los conflictos".
Las municiones de racimo se usaron por primera vez en la Segunda Guerra Mundial, y pueden emplearse en cohetes, bombas, misiles y proyectiles de artillería. Ya lanzadas, se abren en pleno vuelo, esparciendo muchas minibombas.
Según los críticos, al dispersarse, estas submuniciones pueden mutilar y matar a civiles, además del riesgo de los proyectiles sin estallar, que representan un peligro por años.
Debido a la letalidad de estas armas en la población civil, 123 países adoptaron en 2008 una convención que prohíbe el uso de las bombas de racimo.
Cabe destacar que 111 naciones son parte del convenio, mientras que solo 12 son firmantes.
Para la vocera de Cruz Roja, el uso de estas municiones tiene "consecuencias humanitarias graves para las comunidades durante muchos años".
