Ya descansa Francisco en Santa María la Mayor: lo despiden centenares de miles de personas
- bambarito59
- 26 abr
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Actualizado: 28 abr

Centenares de miles de personas despidieron el sábado por la mañana en la Plaza de San Pedro y las calles de Roma al papa Francisco, cuyos restos ya descansan en la Basílica de Santa María la Mayor.
La misa exequial por el difunto pontífice se llevó a cabo bajo un cielo casi lo despejado, bastante calor, un imponente dispositivo de seguridad, y la presencia de cardenales, sacerdotes, jefes de estado y delegaciones de mas de 170 países, casas reales, y más de 200 mil personas en la Plaza de San Pedro y la vos de la Conciliación.
El funeral fue presidido por el Decano del Colegio Cardenalicio, el Cardenal Giovanni Battista Re, quien en su homilía hizo un bosquejo claro y directo del pensamiento de Francisco, su pontificado, y su legado de humildad, cercanía y servicio.

“Estamos reunidos en oración en torno a sus restos mortales con el corazón triste, pero sostenidos por las certezas de la fe”, expresó el Cardenal Re, mencionando que “la existencia humana no termina en la tumba, sino en la casa del Padre, en una vida de felicidad que no conocerá el ocaso”.
Dijo que “la masiva manifestación de afecto y participación que hemos visto en estos días […] nos muestra cuánto ha tocado mentes y corazones el intenso pontificado del Papa Francisco”.
Uno de los momentos más emotivos de la homilía fue el recuerdo de la última aparición pública del Santo Padre: “Su última imagen, que permanecerá en nuestros ojos y en nuestro corazón, es la del pasado domingo, solemnidad de Pascua, cuando el Papa Francisco, a pesar de los graves problemas de salud, quiso impartirnos la bendición desde el balcón de la Basílica […] en un último abrazo con todo el Pueblo de Dios”.
El Cardenal Re expresó que “a pesar de su fragilidad y sufrimiento final, el Papa Francisco eligió recorrer este camino de entrega hasta el último día de su vida terrenal”. Como el buen pastor, “amó a sus ovejas hasta dar por ellas su propia vida”, remarcó, citando a su vez al apóstol Pablo: «La felicidad está más en dar que en recibir».

El decano hablo varias etapas crucisles del fallecido en su vida: su elección como pontífice el 13 de marzo de 2013, su paso por la Compañía de Jesús, y sus más de dos décadas de servicio pastoral en Buenos Aires. Destacó la elección de su nombre, Francisco, como una decisión “programática y de estilo”, inspirada en san Francisco de Asís y que marcaría el rumbo de su pontificado.
“Fue un Papa en medio de la gente con el corazón abierto hacia todos”, subrayó ó Re. Su modo pastoral, añadió, “estableció un contacto directo con las personas y con los pueblos, deseoso de estar cerca de todos, con especial atención hacia las personas en dificultad”.
Fue especialmente recordado por su atención a los excluidos: “Innumerables son sus gestos y exhortaciones a favor de los refugiados y desplazados”, dijo el cardenal, evocando su primer viaje a Lampedusa, símbolo de los dramas migratorios, y su valiente visita a Irak en 2021, donde “esa difícil Visita Apostólica fue un bálsamo sobre las heridas abiertas de la población iraquí”.

“El Papa Francisco fue un hombre profundamente sensible a los dramas actuales, que realmente compartió las preocupaciones, los sufrimientos y las esperanzas de nuestro tiempo de globalización.”
Francisco denunció con firmeza la lógica de la guerra, señaló el cardenal: “La guerra —decía— no es más que muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas”. "La guerra -enfatizó el purpurado- siempre deja al mundo peor de como era en precedencia: es para todos una derrota dolorosa y trágica".
En ese espíritu, promovió la cultura del encuentro frente a “la cultura del descarte”, y proclamó con insistencia: “Construir puentes y no muros”.
Re cerró la homilía recordando una de las frases más características del Papa: “No se olviden de rezar por mí”. Y, con voz emocionada, y añadió: "Querido Papa Francisco, ahora te pedimos a ti que reces por nosotros y que desde el cielo bendigas a la Iglesia, bendigas a Roma, bendigas al mundo entero.”

Al término de la misa, el sencillo féretro fue introducido de nuevo a la Basílica de San Pedro para ser colocado en el papamóvil, de dónde partió por las calles de Roma en un trasalsdo de 5 kilómetros hasta la Basílica de Santa María la Mayor, siendo vitoreado y reconocido por miles de personas durante todo el trayecto.
La tumba del papa Francisco podrá ser visitada por todos, haciendo así eterna esa cercanía que tuvo siempre con los fieles.
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