Para los representantes legales de Joaquín Guzmán Loera, la condena de cadena perpetua que cumple el capo sinaloense desde 2019 debe ser anulada y ya acudieron a tribunales para intentarlo.
De acuerdo con el abogado Mark Fernich, hubo miembros del jurado leyeron artículos de prensa que les provocaron prejuicio hacia "El Chapo".
Ante una junta de 3 jueces de la corte de apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York, el abogado Marc Fernich, representante legal de Guzmán Loera, afirmó que se debe investigar una posible conducta indebida por parte de miembros del jurado.
Guzmán fue declarado culpable de asociación delictiva para traficar drogas al final del juicio y sentenciado a cadena perpetua.
Durante el juicio, un miembro del jurado le dijo a un periodista que miembros del jurado habían leído reportes en medios de comunicación sobre el caso, luego de que el juez que llevaba el asunto les había pedido que no hicieran eso.
Fernich asegura que los miembros del jurado infringieron las órdenes del juez, y expresó que el juicio no fue justo porque el confinamiento al que fue sometido “El Chapo” le impidió trabajar de forma efectiva con sus abogados para preparar su defensa.
El narcotraficante fue recapturado tres su fuga del penal del Altiplano en México y después extraditado a Estados Unidos en 2017, siendo siendo sujeto de un confinamiento.
Los abogados del capo afirman que muchas pruebas presentadas en el juicio son inválidas, y que algunos reportes periodísticos que miembros del jurado habrían leído son sobre denuncias de abusos sexuales por parte de Guzmán Loera que fueron excluidas del juicio.
Fernich dijo que esos artículos provocaron actitudes hostiles de miembros del jurado hacia Guzmán y que por ello es que el juicio no fue justo.
El juez Brian Cogan, responsable del tribunal dónde se efectuó el juicio, decidió que la evidencia sobre los miembros del jurado, no era suficiente como para cancelar el proceso.
La apelación apunta que “el enjuiciamiento de "El Chapo", fue alterado por excesos y extralimitaciones gubernamentales y judiciales, recursos innecesarios si él fuera realmente un capo de capos como insistían sus adversarios”.
Los abogados del gobierno estadounidense dijeron que “El Chapo” se reunió con sus abogados unas 20 horas a la semana para preparar el juicio y que la cárcel donde estaba hizo preparativos especiales para facilitar esas reuniones y permitir que Guzmán tuviera acceso a las pruebas que le entregaban sus abogados.
