Al término del rezo dominical del Ángelus, el Papa Francisco pidió a fieles y peregrinos acompañarlo con sus oraciones a propósito de su viaje apostólico a Canadá, del 24 al 30 de julio, en donde se reunirá con las comunidades de los pueblos originarios.
"Espero que pueda contribuir en el camino de reconciliación y sanación ya emprendido", dijo el obispo de Roma, al señalar que será "una peregrinación penitencial" en la que inclinaría la cabeza para pedir perdón, pero también extenderá las manos para abrazar a los pueblos indígenas, víctimas en el pasado de "políticas de asimilación" que han causado daño, por parte de instituciones religiosas.
Desde la ventana del Palacio Apostólico, el Papa Francisco habló de su viaje a Canadá, del 24 al 30 de julio, y reiteró su "dolor" y "cercanía" a las comunidades indígenas canadienses que encontrará en su viaje apostólico número 38, que tocará 4 ciudades: Edmonton, Maskwacis, Quebec e Iqaluit.
“El próximo domingo, si Dios quiere, partiré hacia Canadá, por lo que deseo ahora dirigirme a los habitantes de ese país*, aseguro el pontífice, y señaló que lamentablemente, en Canadá, "muchos cristianos, en especial miembros de institutos religiosos, han contribuido a las políticas de asimilación cultural que en el pasado han perjudicado gravemente a las comunidades nativas de diversas maneras”
Francisco dedicó hace varios meses, una audiencia privada a representantes de comunidades indígenas donde escuchó peticiones y testimonios de los más ancianos que habían vivido en primera persona el pasado de crueldad del país, cuando, desde 1880 hasta las últimas décadas del siglo XX, en institutos financiados por el gobierno y administrados en su mayoría por organizaciones cristianas, se pretendía educar y convertir a los jóvenes indígenas y asimilarlos a la sociedad canadiense tradicional.
Un número indeterminado de niños murió en esos sitios.
