Las Bodas de Fígaro, es una ópera bufa en 4 actos con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto en italiano de lorenzo da ponte, basado en la pieza de Pierre Augustin Caron de Beaumarchais, Le Mariage de Figaro. obra compuesta entre 1785 y 1786 y estrenada en Viena el 1 de mayo de 1786.
Esta es considerada una de las mejores creaciones de Mozart y una de las óperas más importantes de la historia de la música a pesar de recibir muchas críticas en su época, siendo una de las obras más destacadas del repertorio operístico estándar y aparece como la número 5 en la lista de Operabase de las más representadas en el mundo la década pasada.
El libreto Las bodas de Fígaro es obra de Lorenzo Da Ponte y fue Mozart quien le sugirió el tema cuyo texto entregó el libretista al compositor en julio de 1785.
El Emperador José II de Habsburgo concedió licencia para representarla como ópera pese a estar prohibida como obra de teatro, gracias a que Da Ponte y Mozart redujeron a cuatro los cinco actos del original y transformaron la historia para evitar alusiones sociales y políticas problemáticas, profundizando en la caracterización de los personajes.
A la Obertura le siguen piezas individuales (diez arias, dos cavatinas y una arieta) y números de conjunto (cinco duetinos, un dúo, dos tríos, un sexteto, tres coros y tres conjuntos finales). La ópera está llena de pasajes logrados y de ricas melodías, por lo que es difícil destacar unos números frente a otros.
Destacan dos intervenciones solistas del personaje de Fígaro en el Acto I: la cavatina llena de venganza e ironía y la marcha con la que despide a Cherubino para que vaya en busca de la gloria militar. El personaje de Cherubino canta dos arias en las que expresa de forma delicada sus inseguridades respecto al amor.
Las arias más serias y exquisitas corresponden al personaje de la Condesa Almaviva: Porgi amor y Dove sono i bei momenti . Mozart tomó música de la Misa de la Coronación para el Aria Dove sono, en do mayor en lugar de la original fa mayor; el mismo motivo se usó en su primer concierto para fagot.
Susana, que es una presencia continua a lo largo dela obra, tiene una intervención individual interesante en su aria del Acto II, y otra más destacada en el Acto IV. El personaje del Conde de Almaviva sobresale en el aria Vedró, mentr’io sospiro, y hasta el pequeño personaje de Barbarina tiene una pequeña pieza inolvidable, con aire de “música nocturna” que anticipa sonoridades románticas.
En esta obra se equilibran las intervenciones solistas y los conjuntos. Abunda la ópera en dúos, tercetos y concertantes que agilizan la trama, propiciando un estilo casi “de conversación”, con lo que la crítica musica destaca estos conjuntos y los dos grandes finales, siendo particularmente famoso el primero, el del Acto II, con una estructura sinfónica, formada por seis números independientes y enlazados entre sí con toda la naturalidad que exige el argumento.
El segundo gran final es el del Acto IV, agitado y vivaz, con personajes que se tienden trampas unos a otros. Es más breve que el final del acto II, pero más rico en melodías.
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