Recordamos este día, que fue un 2 de septiembre pero de 1987, cuando un atentado terrorista atribuido al Cártel de Medellín destruyó las instalaciones del periódico colombiano “El Espectador”… Los tiempos más violentos del narcotraficante Pablo Escobar…
“El Espectador” periódico colombiano con sede en Bogotá y casi dos millones de lectores; fue fundado por Fidel Cano Gutiérrez el 22 de marzo de 1887 en Medellín, siendo el periódico más antiguo en Colombia y uno de los más antiguos de América cuyo nombre se debe a la gran admiración que su fundador le tenía al poeta Víctor Hugo, quien colaboraba en Francia en un diario que llevaba ese nombre. En sus inicios el periódico se publicaba 2 veces por semana en cuarto de pliego de 500 ejemplares, pero años después se convertiría en diario y en 2001 tras una crisis económica se presentó como semanario. El Espectador, en formato impreso, volvió a ser un diario en 11 de mayo de 2008, definiéndose como un medio político, literario, noticioso e industrial.
El Espectador siempre ha tenido una actitud firme contra el narcotráfico, publicando con frecuencia información sobre los delitos cometidos en la época de auge del Cártel de Medellín dirigido por Pablo Escobar; esta postura de años, provocó primero que el 17 de diciembre de 1986, sicarios a órdenes del capo del narcotráfico ametrallaran frente a la sede del diario a su director Guillermo Cano Isaza,, quien tenía 61 años de edad, 44 de los cuales, dedicados al periodismo, cuyo crimen se considera hoy día impune.
A pesar del hecho, el diario continuó atacando a la mafia mediante investigaciones que los exponían ante la opinión pública, al grado de que en 1988 recibió el premio Ortega y Gasset de Periodismo. Esta línea costó la vida de más personas, como en marzo de 1989 cuando Héctor Giraldo, abogado del periódico y dos corresponsales, fueron asesinados.
Así llegó el atentado más grave, no solo contra el periódico sino contra el país: a las 6:43 minutos de la mañana del 2 de septiembre de 1989, un camión con 60 kilos de dinamita explotó en una estación de gasolina ubicada junto a la sede del diario en Bogotá; la detonación no dejó muertos pero si casi 80 heridos, y destrozos en varios edificios a la redonda. Ese mismo día, seis sujetos armados entraron a una isla privada en el área de Islas del Rosario en Cartagena e incendiaron la casa de veraneo de la familia Cano.
Aun así el periódico circuló al día siguiente con el titular “¡Seguimos adelante!” y en rueda de prensa minutos después del ataque, el gerente Alfonso Cano dijo con lágrimas en los ojos: "No nos van a vencer ni a nosotros ni al país. Ahora más que nunca seguiremos adelante. Si logran callar a un periódico se acaba Colombia".
El Espectador mantuvo sus notas contra Escobar y sus socios, y Cártel montó su ofensiva criminal contra el periódico; el 10 de octubre de 1989, la gerente administrativa del diario en Medellín y el jefe de circulación del diario, fueron asesinados por el narcotráfico.
A pesar de la desaparición del Cartel de Medellín, el diario continuó con su línea editorial contra la censura política, siendo muy críticos hacia las acciones gubernamentales por muchos años.
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