Un muerto en protestas ciudadanas contra la clase política corrupta en Perú

Los peruanos están más que hartos de la corrupción de quienes los han gobernado durante las últimas décadas, lo mismo desde la presidencia que desde el Congreso, y de nueva cuenta salieron a manifestarse para ser duramente reprimidos.

La nutrida protesta de anoche en Lima contra el Gobierno y el Congreso, dejó un saldo de acuerdo con la Defensoría del Pueblo de al menos un manifestante muerto, al parecer por un disparo de arma de fuego durante, además de 100 personas heridas entre ellas 78 policías, y 10 detenidos.

El fallecido fue identificado como Eduardo Ruiz, quien como muchas personas en la capital peruana, decidió protestar junto a miles de personas contra el Gobierno y el Congreso, por la corrupción y el aumento de la inseguridad frente al crimen organizado, que hace unos días derivó en la destitución de la presidenta Dina Boluarte por parte del Legislativo y la elección de otro político, José Jerí, presidente del desacreditado Congreso.

El presidente interino lamentó la muerte de Ruiz y dijo esperar que las investigaciones determinen con objetividad los hechos y responsabilidades. Según testigos, Ruiz murió por un disparo ejecutado supuestamente por un agente policial encubierto entre los manifestantes, y quien había sido descubierto por participantes en la protesta.

La Defensoría del Pueblo sostiene que el hecho ocurrió en las inmediaciones de la Plaza Francia en el centro de Lima, por donde transcurrió la protesta de manera pacífica hasta que un grupo de personas quisieron traspasar las protecciones del Congreso y la Policía comenzó a lanzar gases lacrimógenos.

La muerte de Ruiz fue confirmada por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, quien manifestó su “profunda indignación y solidaridad con su familia”, exigiendo una investigación “inmediata, exhaustiva e independiente que esclarezca los hechos y determine responsabilidades”.

La manifestación del miércoles tuvo también sus réplicas en otras ciudades del país, y fue la más nutrida de los últimos años tras la ola de protestas que se produjeron en Perú para pedir nuevas elecciones ante la llegada al poder de Boluarte, y luego del del encarcelamiento de su predecesor, Pedro Castillo, movilizaciones en donde murieron al menos 50 civiles entre fines de 2022 y principios de 2023.