La Ciudad de México vive una severa crisis de movilidad derivada de los congestionamientos de las últimas semanas en sus principales vialidades por el incremento en el parque vehicular y deficiencias del transporte público, cuya columna vertebral es el Metro, el cual ha prolongado por meses la conclusión de obras de rehabilitación incluyendo las realizadas en las líneas 1 y 12.
Esto afirmó Gerardo Cleto López Becerra, presidente del Consejo para el Desarrollo del Comercio en Pequeño
A su juicio, al “estrés vial” que a diario se registra, debemos sumar cierres de vialidades por las protestas sociales que han ahorcado las vías de comunicación, haciendo más difícil la movilidad de transporte de mercancía y pasajeros.
Dijo que "desplazamientos que hace menos de un año estaban calculados en 1 hora 30 minutos de algún punto del oriente al poniente, sur o norte de la ciudad, ahora se efectúan en 2 horas 15 minutos promedio, lo cual encarece los costos del transporte de mercancías y pasajeros entre el 25 y 30%"
"Esto también deriva en mayor consumo de combustible así como reducción de viajes pagados que en una jornada se pueden realizar”, dijo López.
Otro impacto negativo lo registran las empresas, por el incremento de retardos o desgaste al que se someten los trabajadores que deben invertir más tiempo para llegar puntual o dentro del margen de tolerancia a sus jornadas laborales según el dirigente.
Mario Martínez, especialista en transporte urbano, dijo que es buena noticia el anuncio del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, sobre la reapertura del de la línea 1 de Metro en su tramo Pantitlán-Salto de Agua, luego del retraso de 8 meses en la conclusión de las obras de rehabilitación.
Congestionamientos y falta de vigilancia, están generando “trampas mortales” que aprovecha la delincuencia para asaltar a los conductores.
“Hay un efecto dominó en el transporte público pues el cierre de las líneas 1 y 12 está repercutiendo en la saturación de las vialidades, el incremento en tiempos de traslado y de costo”, remarcó el especialista quien hace estudios sobre movilidad y transporte.
Martínez pidió al Jefe de Gobierno eficacia en el plan de obras que desarrolla el gobierno central, pues tienen a la ciudad atiborrada de obras que parecen interminables, en Indios Verdes, Observatorio, Zaragoza, San Lázaro, Iztapalapa o Martín Carrera, además del incremento de las zanjas y baches en la carpeta asfáltica generada por la época de lluvias.
Al referirse a la reciente protesta de los dueños de concesiones de transporte de pasajeros realizadas a principios de octubre y que afectaron a amplios sectores de la población, Mario Martínez dijo que estas se dan como resultado de una mala gestión que los altos funcionarios de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México tienen para atender las necesidades de los transportistas privados quienes reclaman piso parejo ante el nuevo monopolio que ejerce el sistema de Metrobús que cuenta con todo el apoyo presupuestal y reglamentario sin que pueda atender satisfactoriamente las demandas de movilidad.
El especialista en transporte recordó que si bien no existe una fórmula mágica para resolver los temas de movilidad, tampoco existe un plan maestro que incluya alternativas por lo que debe haber inclusión de a los diversos actores, sectores y propuestas innovadoras para atender la crisis de trasporte que estamos viviendo teniendo en la Ciudad de México y zona metropolitana, que afecta afectando severamente al sector empresarial y comercial por el encarecimiento en los costos.
Otro punto de conflicto para la Ciudad de México afecta a 21 mil establecimientos mercantiles ocurre en el Centro Histórico, con permanentes operativos de cierre de vialidades, congestionamientos y falta de espacios para carga y descarga, señaló López Becerra.
Desafortunadamente, dice el dirigente del pequeño comercio, el gobierno manda operativos que cierran la circulación de vehículos en arterias fundamentales para proveedores y clientes como son: 20 de noviembre, Isabel la Católica y Eje Lázaro Cárdenas.
Añadió que desde hace años, miles de trabajadores han tenido que migrar a las motocicletas para solucionar su problema de desplazamiento, lo que incrementa riesgos de seguridad y accidentes viales, como resultado de falta de inversión en el transporte público y la ausencia de un programa real de movilidad.
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