La guerra en Gaza ha dejado la impresionante cifra de casi 23 millones de toneladas de escombros y armas sin explotar esparcidas por todo el enclave, afirmaron este viernes los trabajadores humanitarios de la ONU.
“Pasarán años” antes de que la Franja vuelva a ser un lugar seguro, señaló la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNWRA) en su última actualización de la emergencia humanitaria que sigue desarrollándose.
La agencia sigue proporcionando suministros y servicios vitales a más de 1,5 millones de desplazados en el sur de Gaza. Además, gestiona refugios para más de un millón de personas, a las que proporciona ayuda humanitaria y atención sanitaria primaria.
Entre la tarde del jueves y la mañana del viernes, murieron 149 palestinos y 300 resultaron heridos, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. Desde el 7 de octubre, al menos 31 mil 490 palestinos han muerto y 73 mil 439 han resultado heridos.
La labor humanitaria para salvar vidas ha continuado en medio de intensos bombardeos y operaciones terrestres israelíes, así como de intensos combates entre fuerzas israelíes y grupos armados palestinos.
Esto sucede en momentos en los que Australia anunció su intención de reanudar la financiación de la UNRWA, que vio cómo se evaporaba el apoyo de los donantes internacionales, en medio de las acusaciones israelíes de que parte del personal de la agencia había participado en los ataques del 7 de octubre.
Una investigación independiente continúa averiguando la veracidad de las acusaciones, mientras UNRWA está complementando su propia investigación. Poco después de que se hicieran públicas las acusaciones, 9 miembros del personal de UNRWA fueron despedidos.
Poco después se supo que empleados de la agencia palestinos apresados por el Ejército israelí denunciaron torturas para obtener confesiones que les vincularan con Hamás, mientras que UNRWA ha recordado que la lista de empleados es entregada todos los años a las autoridades israelíes para su visto bueno sin que pusieran ninguna objeción a la última.
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