
La población de la isla hawaiana de Maui intenta lentamente recuperar las actividades diarias, a una semana de los letales incendios que han Conrado hasta ahora la vida de 110 personas, cifra que seguramente continuará aumentando.
Esto ocurre al tiempo que se ha anunciado que el presidente Joe Biden viajará al sitio del desastre la semana entrante para reunirse con sobrevivientes y rescatistas, en tanto que las autoridades de Hawai difunden ya los primeros nombres de víctimas de la tragedia, la peor que sufre de este tipo la Unión Americana en un siglo.
Biden firmó la declaración de catástrofe natural para financiar los equipos de emergencia y la reconstrucción.
Las escuelas públicas empiezan a reabrir sud puertas y el tráfico aparece tímidamente como las primeras señalas de un intento de retomar la normalidad hasta donde es posible, en una isla semidestruida por los incendios. Lahaina Bypass Road, cerrado desde el 8 de agosto, volvió a abrir, y residentes acceder durante horas específicas a zonas cercanas a la zona arrasada por el fuego
La conflagración destruyó la ciudad de Lahaina, en la isla de Maui, y el gobernador de Hawái, Josh Green, insiste en apuntar que la cantidad de muertos aumentará e incluso podría duplicarse. Un equipo de forenses procedentes de Nueva York viajó hasta Maui, mientras se intensifican los esfuerzos para identificar los restos, algunos de ellos totalmente carbonizados.
Las autoridades de Maui están recopilando muestras de ADN de personas cuyos familiares no aparecen, tarea mucho más ardua si se considera que en estos días había muchos turistas en la isla, de acuerdo con Adam Weintraub, de la Agencia de Gestión de Emergencias de Hawái.
Deanne Criswell, administradora de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias, declaró que "se trata de una operación de búsqueda realmente difícil", y expuso que "los perros tienen que sortear el calor. Tienen que lidiar con problemas con sus patas al caminar por cristales y escombros".
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