La mayoría de los capitalinos que viven en colonias de alcaldías como Álvaro Obregón, Benito Juárez, La Magdalena Contreras, parte de Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc en especial, se siguen preguntando por las súbitas pero en ocasiones fuertes sacudidas del subsuelo en las últimas horas
Como sabemos, se trata de microsismos, que son terremotos de pequeña magnitud, que se producen en áreas específicas y duran unos cuantos segundos, a diferencia de otros movimientos mas fuertes, silenciosos y que ocurren de manera muy lenta.
Esto lo vivimos los habitantes de la Ciudad de México, si comparamos la ruidosa y rápida sacudida de 2.9 que sentimos poco después de la medianoche de este jueves, con el movimiento telúrico de 5 2, que tuvo epicentro en Guerrero y activó las alertas sismica
La magnitud del microsismo es por lo general de 3.5 o menos y dura segundos. Cuando hay un microsismo, se producen vibraciones que se propagan por el suelo y van hasta las estructuras.
Se estima que no tienen impacto importante en la infraestructura en la ciudad.
Los temblores con magnitudes menores a magnitud 4 en la escala de Richter, no suelen causar daños, pero son perceptibles y generan alarma y preocupación. Un microsismo es un movimiento sísmico de baja magnitud.
Los movimientos telúricos que han registrado su epicentro en la Ciudad de México, han sido en su mayoría de baja intensidad y no han causado daños materiales ni personales. De acuerdo con especialistas y sismólogo, estos sismos están relacionados con fallas geológicas locales.
Desde el pasado mes de marzo, los capitalinos hemos percibido una serie de movimientos teliricos con estas características en el poniente de la Ciudad de México, con epicentro en Plateros y Mixcoac de la delegación Alvaro Obregón.
Son igualmente impredecibles que los que activan una alerta sísmica por ejemplo, por lo que una cultura de la protección civil, es la mejor que podemos tener en estos casos
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