Algo que en estos tiempos muchos parecen haber olvidado…
Justo un día como hoy, 25 de septiembre pero de 1873, Sebastián Lerdo de Tejada incorporó las Leyes de Reforma a la Constitución de 1857, con lo cual terminarían las relaciones entre la iglesia y el estado.
Estas disposiciones buscaban separar a la Iglesia del Estado para consolidar la Independencia; sus antecedentes se remontan al 1 de marzo de 1854 cuando se proclamó el Plan de Ayutla que iba en contra de la dictadura de Antonio López de Santa Anna y que tuvo éxito en octubre de 1855.
Cuando Juan Álvarez asumió la presidencia interina se dedicó a hacer leyes que mantuvieran al país bajo la influencia del liberalismo, por lo que se pronunciaron disposiciones como la Ley Juárez que suprimió los fueros en materia civil del clero y del ejército, declarando a los ciudadanos iguales ante la ley y la sociedad y la Ley Lafragua que permitió la libertad de expresión en medios impresos.
Por motivos personales Álvarez renunció a la Presidencia en diciembre de 1855 y la dejó en manos de Ignacio Comonfort, quien anunció varios decretos como el de la supresión de votos religiosos y de la Compañía de Jesús; además expidió la Ley Lerdo que obligaba a las corporaciones y eclesiásticas a vender casas y terrenos y la Ley Iglesias que prohibió el cobro de derechos y obvenciones parroquiales y diezmo a las clases pobres. Cuando juró la Carta Magna de 1857, la omisión de la obligatoriedad de la religión católica y la abolición de los fueros provocaron que el papa Pío IX se opusiera y las autoridades mexicanas se negaran a administrar los sacramentos.
Los conservadores apoyados por la Iglesia organizaron un movimiento armado que estalló en diciembre de 1857 al mando del general Félix Zuloaga; el Presidente Comonfort secundó el Plan para de los conservadores reconociendo su mandato, cosa que duró unos meses ya que Zuloaga lo desconoció y asumió la Presidencia, a pesar de que le correspondía el cargo al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Benito Juárez, quien dejó la Ciudad de México para iniciar desde Veracruz la Guerra de Tres Años. Juárez presentó un manifiesto en el que delinearon las medidas para desarmar al clero de los elementos que, según él, servían de apoyo a su funesto dominio”.
Fue así como se anunciaron 3 leyes más: la de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos del 12 de julio, donde bienes del clero como predios, derechos y acciones pasarían a manos del Estado, la Ley de Matrimonio Civil del 23 de julio y Ley Orgánica del Registro Civil del 28 de julio.
Posteriormente se promulgaron normas como la de Libertad de Cultos del 4 de diciembre de 1860, en la que se protegería el ejercicio del culto católico, y decretos como el que iba contra la intervención del clero en cementerios y camposantos, el que estipulaba los días festivos y prohibía la asistencia oficial a los actos de la Iglesia y el que marcaba la secularización de hospitales y establecimientos de beneficencia, el cual también habían administrado las autoridades eclesiásticas
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Cuando los liberales vencieron el 1 de enero de 1861 y Juárez regresó a la capital se dictaron 2 decretos que complementaron las reformas en las relaciones Iglesia-Estado: el del 2 de febrero por el que se secularizaban hospitales y establecimientos de beneficencia y el de 26 de febrero que extinguía las comunidades religiosas, excepto las de las “Hermanas de la Caridad”.
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