La guerra arruina a unos pero hay quienes ya se frotan las manos porque son los beneficiados cuando se acaban las bombas y viene la reconstrucción.
Un reportaje de Bloomberg afirma que la reconstrucción de la Franja de Gaza podría costar mucho más de 80 mil millones de dólares, considerando "si se tienen en cuenta gastos ocultos como el impacto a largo plazo de un mercado laboral devastado por muertes, lesiones y traumas".
Quienes se encarguen de la reconstrucción del enclave palestino van a ganar mucho, pero mucho dinero, y es seguro que haya empresas norteamericanas y europeas que se hicieron de la vista gorda con los bombardeos israelíes y ahora buscarán parte del pastel que se llama "reconstrucción".
Son más de 10 meses desde aquel 7 de octubre de 2023 cuando Israel le declaró la guerra a Hamás y comenzó con una serie de bombardeos contra la Franja de Gaza en represalia por un ataque del movimiento palestino en suelo judío, y desde entonces, más del 70% de las viviendas de Gaza han resultado dañadas, así como escuelas, hospitales y negocios, dejando más de 42 millones de toneladas de escombros en toda la Franja.
Remover esos escombros ya es un bien negocio. De acuerdo con Bloomberg, "son suficientes para llenar una fila de camiones volquete que se extiende desde Nueva York hasta Singapur".
El medio indica que eliminar la totalidad de la infraestructura destruida tomará años y costar hasta 700 millones de dólares, sin contar las dificultades que implicará la presencia de bombas sin detonar, contaminantes peligrosos y restos humanos bajo los escombros.
Solo en Jan Yunis, al sur de la Franja de Gaza, habrá que retirar 8,5 millones de escombros, sostiene Bloomberg, quien menciona que "la reconstrucción de Gaza y las vidas de sus residentes requerirá una revisión completa de toda su infraestructura física y alguna forma de solución política sobre cómo será una nueva Gaza".
Así, la reconstrucción del enclave palestino "podría costar mucho más de 80 mil millones de dólares, si se tienen en cuenta gastos ocultos como el impacto a largo plazo de un mercado laboral devastado por muertes, lesiones y traumas".
Agrega que "se puede reconstruir un edificio, pero ¿cómo se reconstruye la vida de un millón de niños?", y precisa que "no es solo la destrucción de la infraestructura física, es la destrucción de las instituciones básicas de gobernanza y de un sentido de normalidad", citando al profesor de historia de la arquitectura en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, Mark Jarzombek, un estudioso de la reconstrucción posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Advierte que lo visto en Gaza es un escenario nunca antes en la historia del urbanismo, y concluye que "el costo de la reconstrucción será prohibitivo. Las obras de construcción a esta escala tienen que estar vacías de gente, lo que genera otra ola de desplazamientos. No importa lo que uno haga, durante generaciones, Gaza luchará con esto".
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