El presidente ruso, Vladímir Putin, acusó a Ucrania de “provocación a gran escala” al realizar una incursión militar en la región de Kursk.
Al comienzo de una reunión con el Gobierno transmitida por la televisión, el ocupante del Kremlin dijo que "como es sabido, el régimen de Kiev ha protagonizado una nueva provocación a gran escala. Efectúa bombardeos indiscriminados con diferentes tipos de armas, incluido misiles contra edificaciones civiles, edificios de viviendas y ambulancias”
De los bombardeos rusos en territorio de Ucrania, no hubo comentarios.
El Ministerio de Defensa de Rusia aceptó que continúan por segundo día los combates para expulsar a las tropas ucranianas que penetraron en Kursk.
En un comunicado, los militares rusos indican que "durante la noche los destacamentos de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa junto a las unidades de la guardia fronteriza del Servicio Federal de Seguridad continuaron aplastando a las tropas del ejército ucraniano en zonas de la región de Kursk que limitan con la frontera ruso-ucraniana”.
Rusia destaca que gracias a la coordinación entre tropas, aviación y artillería pesada, “no se permitió al enemigo adentrarse profundamente en territorio de la Federación Rusa”, al tiempo que el ministerio Defensa asegura que el ejército causó al enemigo ucraniano 260 bajas, además de destruir medio centenar de blindados y 2 lanzaderas de misiles.
El Ministerio de Salud de Rusia dijo que "según los datos operativos, 31 personas, incluidos 6 menores, recibieron heridas por los bombardeos de las tropas ucranianas".
Además, un total de 19 afectados, incluidos 4 menores, fueron hospitalizados y actualmente reciben asistencia médica; entre ellos 3 se encuentran en estado grave.
Anteriormente, se informó sobre 5 muertos y 28 heridos entre la población civil, mientras miles de personas se vieron obligadas a abandonar la zona de bombardeos y combates
*La operación de eliminación de las unidades del ejército ucraniano prosigue”, subraya Moscú, quien envió refuerzos para proteger la frontera.
Alexéi Smirnov, gobernador en funciones, informó en un vídeo publicado en Telegram que miles de civiles residentes en las zonas fronterizas de la región de Kursk han abandonado sus casas, y en vehículos privados.
Señaló que las autoridades prepararon durante la pasada noche albergues para 2 mil 500 refugiados y han ubicado en ellos a más de 300 personas, incluyendo 121 niños.
Además, tras el comienzo de la incursión ucraniana en la región en la madrugada del martes, las autoridades de Kursk cancelaron todas las actividades públicas, y el gobernador aseguró haber hablado sobre la incursión fronteriza con el presidente Putin, quien garantizó que recibirá la ayuda necesaria para estabilizar la situación.
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