
Luego de que la Corte Penal Internacional difundió una orden de arresto contra el presidente ruso Vladímir Putin, acusado junto con una funcionaria de su gobierno por crímenes de guerra relacionados con el secuestro de miles de niños ucranianos, la representación de Moscú en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas organiza una reunión a principios de abril para hablar del asunto.
El embajador ruso ante Naciones Unidas Vassily Nebenzia dijo en conferencia de prensa que su país quiere discutir lo que llama “la verdadera situación” de los niños ucranianos llevados a Rusia,
Rusia tendrá la presidencia rotatoria del consejo durante el mes de abril, y según el diplomático, se planteó una reunión de consejo antes del anuncio del viernes pasado por parte de la Corte Penal Internacional.
Nebenzia dijo que el tema de los niños está “totalmente fuera de proporción” y que durante la reunión del Consejo de Seguridad del 6 de abril, Moscú quiere explicar que fueron llevados a Rusia “simplemente porque quería evitarles los peligros que pudieran traerles las actividades militares”.
La corte solicitó el arresto del presidente Putin debido a que “es presumiblemente responsable por el delito de guerra de deportación ilícita de niños y por su transferencia ilegal desde zonas ocupadas de Ucrania hacia la Federación Rusa, acusación que incluye a Maria Lvova-Belova, comisionada para Derechos de los Niños de la Oficina de la Presidencia de la Federación Rusa.
La determinación de la Corte Penal fue descartada por el Kremlin, ya que Rusia no forma parte de los 123 países que integran el tribunal, calificando la medida como “legalmente inválida” e “indignante” La Comisión de Investigación sobre Ucrania de la ONU difundió horas antes del comunicado de la Corte, un reporte donde señaló que había evidencia de transferencia ilegal de cientos de niños ucranianos a Rusia.
La comisión dijo que tanto padres como niños enfrentaban muchos obstáculos para establecer contacto, y la carga recaía principalmente en los menores, mientras que los niños de menor edad tenían pocas posibilidades de ponerse en contacto con sus padres.
El reporte concluyó que las deportaciones forzadas “violan la ley humanitaria internacional y representan un crimen de guerra”. El gobierno ucraniano asegura que 16 mil 221 niños han sido llevados a Rusia desde el inicio de la guerra.
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