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  • Laura Meléndez

Pide perdón el papa Benedicto XVI por abusos, pero no acepta culpas


Semanas después que un despacho independiente cuestionara en una investigación la actuación del hoy papa emérito Benedicto XVI en varios casos de abuso sexual por parte de sacerdotes cuando fungía como arzobispo de Múnich, Alemania. El cardenal Joseph Ratzinger pidió perdón por cualquier “grave falta” en su gestión de casos de abusos sexuales por parte de los clérigos.


Eso sí, el pontífice retirado no aceptó haber tenido ninguna infracción personal en el asunto


Rartzinger dio a conocer este martes que "he tenido grandes responsabilidades en la Iglesia católica. Eso hace mayor mi dolor por los abusos y los errores ocurridos en esos distintos lugares durante el periodo de mi mandato", respondiendo así al reporte del pasado 20 de enero por un despacho alemán contratado por la Iglesia alemana para estudiar los casos de abusos sexuales en la Arquidiócesis de Múnich entre 1945 y 2019.


El excardenal Joseph Ratzinger estaba a cargo de esa Arquidiócesis entre 1977 y 1982, y los autores del reporte cuestionaron la gestión de Benedicto XVI en 4 casos durante su época de arzobispo, al no haber restringido el ministerio de los sacerdotes implicados aún después de que fueran condenados por cargos penales.


El Vaticano publicó hoy una carta escrita por Benedicto XVI en respuesta a las acusaciones, y una respuesta de su equipo de abogados y asesores, quienes concluyeron que “como arzobispo, no se vio implicado en ningún encubrimiento de actos de abuso”, añadiendo que el reporte no da ninguna prueba de que Benedicto XVI estuviera al tanto de los antecedentes penales de los 4 sacerdotes.


En su carta, Benedicto dijo que la misa diaria comienza con los creyentes confesando sus pecados y pidiendo perdón por sus faltas e incluso sus “faltas graves”, señalando que en sus reuniones con abusos de víctimas durante su pontificado, “he visto de primera mano los efectos de una falta muy grave”.


“Como en esas reuniones, sólo puedo expresar una vez más a todas las víctimas de abuso sexual mi profunda vergüenza, mi profunda pena y mi sentida petición de perdón”.


Los abogados identificaron en 2 casos donde los sacerdotes habían cometido sus delitos cuando Ratzinger era arzobispo y fueron castigados en el sistema legal alemán, pero la Iglesia los mantuvo en su labor pastoral, así como otro caso que implicaba a un religioso condenado por una corte fuera de Alemania pero que entró en servicio en Múnich, y un cuarto que implicaba a un sacerdote condenado por pedofilia al que se permitió un traslado a Múnich en 1980 y más tarde se asignó un ministerio.


Benedicto XVI dijo estar muy dolido porque el “desliz” sobre su presencia en la reunión se hubiera utilizado para “arrojar dudas sobre mi sinceridad, e incluso para llamarme mentiroso”.




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