Avance que no es suficiente: 138 millones de niños trabajaban en 2024
- Información 25
- 11 jun
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Casi 138 millones de niños trabajaban en 2024, de los cuales 54 millones realizaban trabajos peligrosos que podían poner en peligro su salud, seguridad o desarrollo, según el informe publicado hoy por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF).
Trabajo infantil: Estimaciones mundiales 2024, tendencias y el camino a seguir subraya la cruda realidad de que a millones de niños se les sigue negando su derecho a aprender, jugar y, simplemente, ser niños.
Los últimos datos muestran una reducción total de más de 20 millones de niños desde 2020, revirtiendo un alarmante repunte entre 2016 y 2020.
A pesar de esta tendencia positiva, el mundo no ha alcanzado su objetivo de eliminar el trabajo infantil para 2025.
Desde el año 2000, el trabajo infantil se ha reducido casi a la mitad, de 246 millones a 138 millones. Para acabar con él en los próximos 5 años, las tasas actuales de progreso tendrían que ser 11 veces más rápidas.
“Las conclusiones de nuestro informe ofrecen esperanza y muestran que es posible avanzar. Los niños deben estar en la escuela, no trabajando”, declaró el director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo.
La agricultura sigue siendo el mayor sector de trabajo infantil, con el 61% de todos los casos, seguido de los servicios (27%), como el trabajo doméstico y la venta de productos en los mercados, y la industria (13%), que incluye la minería y la manufactura.
“El mundo ha logrado avances significativos en la reducción del número de niños obligados a trabajar. Sin embargo, demasiados niños siguen trabajando en minas, fábricas o campos, a menudo realizando trabajos peligrosos para sobrevivir”, afirmó Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.
Asia y el Pacífico lograron la reducción más significativa de la prevalencia desde 2020, con un descenso de la tasa de trabajo infantil del 6% al 3%, de 49 millones a 28 millones de niños.
Aunque la prevalencia del trabajo infantil en América Latina y el Caribe se mantuvo igual en los últimos 4 años, el número total de niños afectados se redujo de ocho millones a unos siete millones, señala el informe.
África subsahariana sigue soportando la carga más pesada, con casi dos tercios de todos los niños que trabajan, unos 87 millones. Aunque la prevalencia se redujo del 24% al 22%, el número total se ha mantenido estancado en un contexto de crecimiento demográfico, conflictos actuales y emergentes, pobreza extrema y sistemas de protección social al límite.
El trabajo infantil compromete la educación de los niños, limitando sus derechos y sus oportunidades futuras, y poniéndolos en peligro de sufrir daños físicos y mentales.
También es consecuencia de la pobreza y la falta de acceso a una educación de calidad
Para acelerar el progreso UNICEF y la OIT piden a los gobiernos:
**Invertir en protección social para los hogares vulnerables, incluyendo redes de seguridad social, para que las familias no recurran al trabajo infantil.
**Reforzar los sistemas de protección de la infancia para identificar, prevenir y responder a los niños en situación de riesgo.
**Proporcionar acceso universal a una educación de calidad, especialmente en las zonas rurales y afectadas por crisis.
**Garantizar el trabajo decente para adultos y jóvenes, incluido el derecho de los trabajadores a organizarse y defender sus intereses.
**Hacer cumplir las leyes y la responsabilidad de las empresas para acabar con la explotación y proteger a los niños en todas las cadenas de suministro.
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