Ya llovió, como se dice popularmente: un día como hoy, 29 de abril, pero de 1906, nació Pedro Cruz Mata en San Miguel de Allende en Ciudad de México, conocido en el ambiente artístico nacional como Pedro Vargas, tenor y actor llamado “El samurai de la canción”.
Hijo de José Cruz Vargas y Rita Mata, humildes campesinos, Pedro fue el segundo de 12 hermanos, y buen pronto sacó a flote sus cualidades porque a los 7 años cantaba en el coro de la iglesia de su ciudad, siendo el maestro del coro el primero en reconocer su talento y en darle lecciones de canto.
En 1920, Pedro llegó a la Ciudad de México con apenas 14 años de edad y empezó a cantar en los coros de varias iglesias además de ofrecer serenatas. Fue en el Colegio Francés de La Salle, donde después de ser escuchado, le ofrecieron una beca para realizar en la secundaria clases de piano y solfeo; ahí permaneció hasta terminar el bachillerato y más adelante el maestro José Pierson también le daría alojamiento y lecciones de técnica vocal de forma gratuita. Ahí conoció a Jorge Negrete, Alfonso Ortiz Tirado y Juan Arvizu.
Recibió la oportunidad de participar en la ópera «Caballería rusticana», el 22 de enero de 1928, por recomendación del maestro Pierson en el Teatro Esperanza Iris y recibió la oferta de viajar con la Orquesta Típica de Miguel Lerdo de Tejada a los Estados Unidos como cantante de música popular, lo que aceptó.
En su primera visita a Buenos Aires grabó para el sello RCA 2 temas de su autoría: "Porteñita mía" y "Me fui", con el respaldo musical del piano de José Agüeros y el violín del legendario Elvino Vardaro. Fue uno de los mejores y más exitosos intérpretes del compositor Agustín Lara, así como de muchos otros compositores de Hispanoamérica, lo que le permitió recorrer diversos países de este continente, principalmente Argentina, Colombia , Perú y Venezuela.
Con un extenso repertorio que incluyó temas líricos como "Jinetes en el Cielo", canciones rancheras como "Allá en el Rancho Grande", boleros como "Obsesión", cantado a dos voces junto a Beny Moré; y temas nostálgicos como "Alfonsina y el mar", Pedro Vargas recibió de parte del público el muy merecido calificativo de "Ruiseñor de las Américas".
A pesar de su preparación operística, se dedicó al canto popular, alcanzando reconocimiento internacional, además de ser uno de los principales intérpretes de Agustín Lara, su entrañable compadre. Se le conoció con los sobrenombres de «El ruiseñor de las Américas», «El tenor continental» y «El Samurái de la Canción».
Como actor, formó parte de la Época de Oro del Cine Mexicano, participando en más de 70 películas.
Pedro Vargas falleció por complicaciones de diabetes mientras dormía y sufrió un paro respiratorio, el 30 de octubre de 1989, en la Ciudad de México, a la edad de 83 años…han pasado de ello largos 33 años.
