Un reporte del diario The New York Times da a conocer una desagradable y quizás inédita situación por la que ha pasado la empresa de entretenimiento Netflix.
Los fans del actor Keanu Reeves estarán que truenan del coraje porque la saga de ciencia ficción Conquest no se podrá realizar.
La compañía estadounidense soltó 55 millones de dólares para que el cineasta Carl Erik Rinsch se hiciera cargo, y al parecer el angelito se gastó varios millones en acciones y criptomonedas de los recursos con los que tenía que completar la primera temporada de la nueva serie de ciencia ficción en la que estaba trabajando para Netflix.
El periódico habló con personal del equipo de rodaje y vio los mensajes, correos electrónicos y expedientes judiciales del proceso de divorcio iniciado por la esposa del director de cine.
La plataforma de 'streaming' depositó su plena confianza (y su dinero) en Rinsch, quien no entregó ni un solo episodio terminado, pero se compró coches y artículos de lujo.
De acuerdo con el acuerdo firmado en noviembre de 2018, Netflix aceptó abonar 61,2 millones de dólares por derechos de la serie y darle privilegios a Rinsch que incluían la participación de por vida en temporadas posteriores y 'spinoffs' del proyecto.
Pero...poco después de firmar contrato, el director empezó a dar señales de un comportamiento cada vez más errático, incluyendo afirmaciones de que podía predecir los relámpagos y que descubrió el 'mecanismo de transmisión del coronavirus.
En el proceso de rodaje en el extranjero, profería gritos, maldiciones y maltrato de su equipo, parte del cual estaba preocupado por su uso del fármaco Vyvanse, anfetamina que suelen prescribir para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, condición que Rinsch tenía junto con el autismo.
Entre los efectos secundarios de este medicamento se incluyen manías, delirios y hasta brotes de psicosis.
En marzo de 2020, Rinsch pidió a Netflix, que ya había gastado en ese tiempo 44,3 millones de dólares en 'Conquest', que le transfiriera más dinero, advirtiendo que de no enviárselo ponían en riesgo la producción, y la empresa le dio otros 11 millones de dólares, pero el director transfirió 10,5 millones de dólares de esta suma a su cuenta de corretaje personal y se puso a invertir en acciones que derivaron en la pérdida de 5,9 millones de dólares.
Luego de no ver avances en la producción de la serie, Netflix le dijo el 18 de marzo de 2021 a Rinsch por correo electrónico que cesaría el financiamiento del proyecto y que él era libre de venderlo a cualquier otro interesado, siempre y cuando reembolsara lo que la compañía había gastado.
Rinsch respondió con acusando a Netflix de violar los términos de su contrato y asegurando que estaba en su sano juicio, y empezó a gastar lo que le quedaba de los 11 millones de dólares transferidos, depositando más de 4 millones de dólares en su cuenta en una plataforma de compraventa de criptomonedas para adquirir dogecoines que, a diferencia de las acciones, aumentaron su balance a casi 27 millones de dólares para mayo de 2021.
Se compró 5 automóviles Rolls-Royce, un Ferrari, un reloj suizo Vacheron Constantin, muebles de lujo y ropa de alta costura. Un contador contratado por su esposa estimó la cuenta total en 8,7 millones de dólares.
Rinsch y Netflix están ahora en un procedimiento de arbitraje iniciado por el cineasta, por acusaciones del incumplimiento de su contrato. Rinsch exige 14 millones de dólares por daños y perjuicios en tanto que Netflix niega deberle y ha calificado sus demandas de estafa, que le costó más de 55 millones de dólares.
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