De acuerdo con la primera reacción de los partidos de oposición en torno a la iniciativa de reforma electoral, la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador está condenada al fracaso.
Envalentonados por su victoria legislativa en torno a la reforma eléctrica, los partidos PAN, PRI y PRD han adelantado ya que no avalan los cambios al sistema electoral mexicano que propone el presidente.
Los 3 partidos manifestaron en conferencia de medios su oposición al planteamiento presidencial que tiene que pasar forzosamente por el Congreso y ello podría ocurrir en el periodo legislativo de fin de año
Rubén Moreira, coordinador de la bancada del PRI en la camara de diputados, dijo que ellos están conformes con el Instituto, "no vemos peligro con el Instituto, y parece que el peligro lo ven ellos y la Presidencia", refiriéndose al partido Morena.
A su vez, el coordinador de los diputados del PAN, Jorge Romero, manifestó su rechazo a la reforma electoral del gobierno federal, y sostuvo que igual que con la reforma eléctrica, los partidos de oposición la echarán para atrás, ya que Morena y sus aliados no alcanzan la mayoría calificada que se requiere para aprobar una reforma constitucional.
Según Romero, "en el PAN, vamos hacia una reforma electoral que defienda a las instituciones, que fortalezca a las instituciones. Cualquier intento de reforma que mire hacia atrás, destruyendo o menoscabando las instituciones es algo en lo que, otra vez, no habrán de contar con la oposición".
Para el coordinador del grupo parlamentario del PRD, Luis Espinosa Cházaro, es un error eliminar 200 diputaciones sólo porque se eligen de forma plurinominal, y no se cuentan los votos de los ciudadanos.
Sostuvo que 'nos negaremos a desparecer el INE, y diremos 'no' a dejar fuera la representación proporcional de las minorías. Lo demás lo iremos revisando con mucha responsabilidad y cautela".
Los coordinadores de cada estás 3 fuerzas políticas aseguran que eliminar al Instituto Nacional Electoral y reducir los integrantes de la Cámara de Diputados debilitará la democracia y propiciará el autoritarismo.
México invierte miles de millones de pesos en los partidos políticos, el INE y en el congreso, y el gobierno busca con la reforma reducir el gasto en estos rubros.
