Niega Al Jazeera que su periodista asesinado por Israel colaborará con Hamás

Luego de rechazar abiertamente que uno de sus periodistas asesinados por Israel en Gaza fuera miliciano de Nukhba, fuerza de élite del grupo islamista Hamás, la Red de Medios del canal catarí Al Jazeera demandó una investigación internacional sobre los “crímenes brutales y atroces” del Estado judío.

El problema para Al Jazeera es que la comunidad internacional se hace de oídos sordos, en especial Estados Unidos.

En un comunicado, la prestigiada cadena “refuta enérgicamente las acusaciones infundadas realizadas por las fuerzas de ocupación israelíes en un intento de justificar el asesinato deliberado de nuestro colega, el periodista Ismail al Ghoul, y su compañero, el camarógrafo Rami al Rifi”.

Dijo también que Al Ghoul ya había sido detenido por fuerzas judías el 18 de marzo durante una redada en el Hospital Al Shifa de Gaza, y fue liberado tras permanecer bajo custodia, “lo que desacredita y refuta su falsa afirmación de su afiliación a alguna organización”.

Mas aún, denuncia Al Jazeera que Israel identificó al periodista como miembro de Hamás “sin proporcionar ninguna prueba, documentación o video”, recordando “la larga historia de invenciones y pruebas falsas utilizadas por Israel para encubrir sus atroces crímenes”.

El medio catarí pidió una investigación internacional independiente “sobre los crímenes brutales y atroces cometidos por las fuerzas de ocupación israelíes contra sus periodistas y personal desde el comienzo de la guerra en Gaza”.

Al Ghoul y Al Rifi murieron el pasado miércoles en un bombardeo israelí en la ciudad de Gaza mientras trabajaban en la cobertura de la muerte del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh.

Según Israel, Al Ghoul, “como parte de su papel en el ala militar de Hamás”, instruyó a otros operativos sobre cómo grabar las operaciones y participó activamente en la grabación y publicación de los ataques contra las tropas, tanto el 7 de octubre de 2023 como en la ofensiva en Gaza como propaganda.

En ninguno de los asesinatos perpetrados por Israel contra el gremio periodístico, ha podido probar una sola de sus acusaciones, con lo cual los informadores pasan a formar parte de los crímenes de guerra perpetrados por el estado hebreo.