El cuestionado premier israelí Benjamín Netanyahu de plano ha perdido el pido, y con tal de retener el poder ahora quiere dictar las leyes internacionales.
En entrevista, advirtió que dijo el ejército judío llevarán a cabo una ofensiva en la ciudad palestina de Rafah, sin importar que sus aliados occidentales y Estados Unidos estén en contra de ello.
En Rafah hay cerca de un millón y medio de civiles palestinos refugiados y podría haber una masacre.
El aún líder del Gobierno hebreo aseguró en entrevista con Axel Springer, empresa matriz del medio Politico, que "."iremos allí. No nos iremos. Tengo una línea roja. Ya sabes cuál es la línea roja, que el 7 de octubre no vuelva a ocurrir. Que no vuelva a ocurrir", refiriéndose a Rafah.
La comunidad internacional no importa, la Jets Internacional tampoco. Es como si solo existiera el estado judío
Netanyahu respondió así a las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien afirmó en una entrevista con la cadena MSNBC que, para la Casa Blanca, una incursión israelí en Rafah sería una "línea roja".
Eso sí, seguirá entregando armas al Estado hebreo, utilizadas no para defensa, sino para atacar.
Agencias de Naciones Unidas y dirigentes de todo el mundo han advertido que una incursión militar de Israel en Rafah implicaría "una catástrofe humanitaria" para el pueblo palestino luego de más de 5 meses de guerra en la Franja de Gaza donde han muerto e ha más de 31 mil palestinos, según la autoridades locales.
Peor aún, la población de Gaza ya muestra signos de hambruna.
En la entrevista, Netanyahu dijo que contaba con el apoyo de varios dirigentes árabes para seguir adelante con el ataque contra Hamás, pero no dió nombres.
"Lo entienden, e incluso están de acuerdo con ello en voz baja", dijo el político israelí, quien afirmo que las Fuerzas Armadas de Israel han destruido tres cuartas partes de los batallones de Hamás y están cerca de terminar la última parte en guerra.
A su juicio, no "durarían más de dos meses, quizá seis semanas, quizá cuatro", y rechazó un alto el fuego durante el mes sagrado musulmán del Ramadán, al afirmar que, aunque le "gustaría ver otra liberación de rehenes", no veía ningún "avance en las negociaciones"..
Finalmente, Netanyahu reafirmó su rechazo a la posibilidad de un Estado palestino, algo que la comunidad internacional ordenó a través de las resoluciones de Naciones Unidas desde hace décadas.
Netanyahu quiere imponer sus leyes. Falta que la comunidad internacional lo permita.
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