Las afirmaciones del papa Francisco en una entrevista con la emisora suiza RSI donde dijo que el perdedor en el conflicto de Ucrania con Rusia debería tener el valor para aceptar las negociaciones, levantado una bandera blanca, sin "llevar el país al suicidio", generaron duras críticas en Kiev, y la Santa Sede debió salir a matizar la declaración del pontifice.
El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, señaló que el obispo de Roma "utilizó el término 'bandera blanca', y respondió recogiendo la imagen propuesta por el entrevistador para indicar un cese de las hostilidades, una tregua alcanzada con el valor de la negociación".
Según Bruni, el vicario de Cristo no habló de "rendición", y que "las negociaciones nunca son una rendición", citando las palabras del papa.
Asimismo, el vocero del Vaticano indicó que la posición del pontífice hacia el conflicto ucraniano se ha mantenido inalterable desde su inicio, destacando que muchas veces ha llamado a las partes a "crear las condiciones para una solución diplomática en busca de una paz justa y duradera".
El papa expresó en la entrevista que "es más fuerte quien ve la situación, quien piensa en el pueblo, quien tiene el valor de la bandera blanca, de negociar". "Y hoy se puede negociar con la ayuda de las potencias internacionales", recordando que él mismo, así como países como Turquía, se han ofrecido a mediar en las conversaciones entre Rusia y Ucrania.
"La palabra 'negociar' es una palabra valiente. Cuando ves que estás derrotado, que las cosas no van bien, debes tener el valor de negociar. Te da vergüenza, pero ¿con cuántos muertos acabará?", añadió Francisco.
La sugerencia del papa provocó las críticas de los ucranianos, quienes apuntan que se están defendiendo de un genocidio y que Rusia no les ofrece más opción que la rendición completa.
Para los ucranianos, es inmoral a pedir a una víctima de la agresión que "se rinda", en lugar de instar al agresor, (Rusia), a que pare, y llaman la atención sobre el hecho de que el papa ignore las consecuencias de una rendición.
Oleksandra Matviichuk, directora del Centro para las Libertades Civiles, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2022, que ha documentando los crímenes de guerra rusos en Ucrania, dijo que "rendición significa ocupación rusa, que no es más que otra forma de la guerra"
Escribió también en su cuenta de X que "ocupación rusa significa tortura, violencia sexual, desaparición forzada, negación de tu identidad, adopción forzosa de tus propios hijos, campos de filtración y fosas comunes"
"Esto fue sólo un ejercicio. Querían llenar toda Kiev con nuestra sangre", declaró a su vez Sviatoslav Shevchuk, jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana, de visita a Nueva York.
"Ucrania está exhausta, pero se mantiene en pie y persevera. En Ucrania, ¡nadie piensa siquiera en rendirse! Y a todos los que miran con escepticismo nuestra capacidad de resistencia, les decimos: ¡Vengan a Ucrania y vean!", escribió Shevchuk en sus redes sociales, sin referirse directamente a las palabras del papa.
El expresidente ruso y vicepresidente de su Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, djo que había que "descartar" la noción de que "Ucrania no es Rusia" en una clara postura anexionista, e tanto que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha afirmado que las acciones de Rusia muestran la ausencia de voluntad de negociar. Ucrania ha estado promoviendo su fórmula de paz que incluye la renovación de su soberanía territorial.
El 72% de los ucranianos, el 72%, cree que el país debe seguir la vía diplomática junto con la militar, para detener la guerra, de acuerdo con un sondeo de opinión realizado el mes pasado por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev.
Más aún, ello no implica aceptar cualquier concesión territorial o de otro tipo que hiciera que Rusia salga vencedora. Los ucranianos están más abiertos a concesiones territoriales limitadas en caso de que la ayuda militar de Occidente no sea suficiente, dijo el director ejecutivo del instituto, Anton Grushetski.
Sin embargo, el 65% cree que Ucrania será capaz de recuperar el control sobre los territorios conquistados por Rusia, incluidos Crimea y partes del Donbás.
"A pesar de algunas tendencias negativas, los ucranianos siguen manteniendo un optimismo sorprendentemente fuerte: creen en la victoria, están dispuestos a aguantar el tiempo que sea necesario e insisten en la restitución de territorios (ocupados)", subrayó.
Aunque el optimismo ha disminuido tras 2 años de la invasión y que Ucrania avanzó muy poco en el campo de batalla, el 80 % de los ucranianos cree en la victoria de su país
