Nomás les falto dar nombres...
En su editorial dominical, el semanario católico "Desde la Fe", recuerda que millones de personas decidieron en las urnas en junio pasado la opción que mejor consideraron para los próximos años en el país.
Expone en el texto que el ejercicio democrático arrojó como resultado el apoyo mayoritario a la continuidad de una fuerza política, que concentra gran porcentaje de los escaños y curules en los congresos del país, además de lo que llama "la histórica elección de la primera presidenta de México".
Dice sin embargo que ese mandato popular no significa carta abierta, para que los ganadores impongan decisiones sin abrir un espacio para el diálogo con quienes piensan diferente, con la oposición política, con los ciudadanos y los expertos en diversas áreas.
Apunta el Arzobispado de México que en la democracia, es fundamental el principio la escucha, de atender las propuestas de los demás y alcanzar los consensos necesarios.
Alude a la página de la Secretaría de Gobernación, donde se refiere a la democracia como "un método o un conjunto de reglas de procedimiento para la constitución del gobierno y para la formación de las decisiones políticas, más que de una determinada ideología", y que un régimen democrático da paso a "que prepondere el principio de mayoría sin afectar los derechos de las minorías".
El semanario católico apunta en su tesis política más que pastoral, que ser demócrata no significa gobernar siguiendo la voluntad de un sector del país, sino que busca impulsar continuamente el diálogo, es una persona que incluye, que escucha a quien piensa diferente, que consulta a los ciudadanos, que dialoga con académicos, especialistas, empresarios y líderes de opinión, pues cada uno de estos actores aportan una visión valiosa para construir un mejor futuro para la sociedad.
El texto se cuida de omitir nombres o instituciones, aunque se intuye quienes son los destinatarios, lo que no era parte del discurso de la iglesia hace una década
El editorial de la Arquidiócesis apunta que, desde la Iglesia creen que este cambio de época que vive el país, es tiempo de diálogo y no imposiciones, advirtiendo que imponer cambios a las leyes por consigna puede debilitar la calidad de la democracia, además de deteriorar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones.
Mas aún, señala que legislar sin consultar y sin escuchar a los demás puede llevar a crear leyes mal diseñadas, que no toman en cuenta las realidades sociales, económicas o culturales del país, por lo que el poder que otorgan las urnas no debe utilizarse como herramienta para imponer una visión o descartar la participación del que piensa diferente.
Cosa de revisar si decía lo mismo el semanario, en tiempos de las reformas del gobierno de Enrique Peña Nieto hace unos años, aprobadas por otras mayorías sin escuchar a las minorías de esos años.
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