Más de 800 mezquitas fueron arrasadas por Israel en Gaza el año pasado

Un informe del Ministerio de Asuntos Religiosos de la Autoridad Nacional Palestina que gobierna partes de Cisjordania ocupada, denuncia que el ejército israelí destruyó 815 mezquitas en la Franja de Gaza durante 2024, reporte en el que se detallan los abusos judíos contra los lugares sagrados del islam y del cristianismo en Cisjordania y en Gaza.

Según el ministerio, además de las mezquitas destruidas, las fuerzas judías arrasaron parcialmente otras 151, además de 19 cementerios que además profanaron, y 3 iglesias cristianas en su brutal ataque contra el enclave en donde además han asesinado a casi 47 mil personas.

En Jerusalén, la oficina registró 256 casos en los que judíos extremistas entraron en la Explanada de Las Mezquitas para rituales talmúdicos, algo que está prohibido por el estatus acordado con Jordania tras la guerra de 1967, acuerdo que el régimen hebreo viola cuando quiere y como quiere.

Las normas cada vez más inoperantes por las provocaciones de la ultraderecha judía, indican que los israelíes solo pueden entrar como visitantes y no pueden rezar abiertamente en el recinto religioso.

En abierto desacato con tintes de provocación, el ministro ultranacionalista de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, ha entrado en el recinto rodeado de colonos en al menos 4 ocasiones desde que empezó la guerra en la Franja de Gaza, eso sí, protegido por las fuerzas de seguridad israelíes porque sabe que lo que hace está prohibido y no es capaz de ingresar solo.

Asimismo, en la mezquita de Abraham de Hebrón en Cisjordania ocupada, el Ministerio de Asuntos Religiosos palestino registró al menos 674 casos en los que fuerzas israelíes impidieron el llamado a la oración por los altavoces.

Las autoridades también cerraron la mezquita al culto musulmán unas 10 veces a lo largo del año, sitio que fue dividido desde la masacre de 1994 cuando un judío extremista mató a 29 fieles en el interior de la mezquita, llevando a las autoridades israelíes a reservar la mitad del complejo para el culto judío.