La iglesia católica y la decisión papal sobre la Purísima Concepción, hace 170 años

El de hoy es un día importante para la iglesia católica, ya que fue el 8 de diciembre, pero de 1854, cuando el papa Pío IX promulgó la bula ineffabilis deus, la cual expresa de manera ex catedra, es decir, con toda la autoridad de la iglesia,  la Inmaculada Concepción de la virgen maría.

El dogma de la Inmaculada Concepción, también conocido como Purísima Concepción, es una creencia del catolicismo que sostiene que María Madre de Jesús, a diferencia de los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original es decir, como consecuencia de la caída del hombre que se originó por la rebeldía de Adán en el Jardín del Edén, sino que desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de pecado.

La doctrina reafirma este aspecto con la expresión "llena eres de gracia" o “Gratia Plena”, contenida en el saludo del arcángel Gabriel y recogida en la oración del Ave María; pero no debe confundirse con la de la maternidad virginal de María, la cual sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de un varón y que María permaneció virgen antes, durante y después del embarazo. 

La Biblia no menciona explícitamente este dogma pero la Inmaculada Concepción se deduce del primer pasaje que contiene la promesa de la redención en la cual Dios declara la enemistad entre la serpiente y la mujer cuya semilla le aplastará la cabeza, dándole la exaltación de la gracia santificante que el hombre había perdido.

También en Lucas 1:28 el ángel Gabriel le dice a María “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”, aludiendo al estado sobrenatural del alma en unión con Dios. Finalmente el Apocalipsis describe a una mujer vestida de sol que representa la santidad de la Iglesia.  Además varios “Padres de la Iglesia” se referían a la Virgen como “La Segunda Eva”, pues ella desató el nudo causado por la primera, y la calificaban como “pura”; incluso iglesias como la Oriental la han llamado como “la toda santa”. Sin embargo fue hasta el siglo 9 cuando se introdujo en Occidente la “Fiesta de la Concepción de María”, primero en Nápoles y luego en Inglaterra.

Hacia 1128 el monje Eadmero de Canterbury escribió el primer tratado sobre la Inmaculada Concepción donde asegura que es concebida, alimentada y formada bajo las espinas, pero que María permaneció libre de toda mancha por voluntad explícita de Dios; Tteólogos del siglo 13 se preguntaban si la redención de Cristo no sería universal por la condición de pecado que no fuera común a todos los seres humanos, pero el franciscano Juan Duns Escoto al principio del siglo 14 sostuvo que Cristo, realizó en María el acto de mediación más perfecto al redimirla del pecado original, no por liberación, sino por preservación.

La definición del dogma de la Inmaculada Concepción suscitó entusiasmo en el mundo católico. El 2 de febrero de 1849, el Pontífice Pío publicó la encíclica Ubi primum nullis con el fin de pedir el parecer del episcopado católico sobre el mérito de la definición, y más del 90% de los sacerdotes se mostraron a favor de la encíclica, por lo que el 8 de diciembre de 1854 ante 53 cardenales, 43 arzobispos y 99 obispos se proclamó en el Vaticano el dogma de la Inmaculada Concepción a través de la Bula Ineffabilis Deus.

La Bula fue la primera gran obra del Pontificado de Pío 9 que duró 31 años y medio.