La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico reveló en un estudio que la fuerte caída de la tasa de fertilidad "cambiará la cara de las sociedades" y afectará las perspectivas económicas de crecimiento de estas naciones.
La investigación es retomada por el diario Financial Times, donde se consigna que se alerta a estos países a "prepararse para un futuro de menor fertilidad", toda vez que la tasa de natalidad en las economías más industrializadas del mundo se ha reducido a más de la mitad desde 1960 y alcanzó un mínimo histórico.
El promedio de hijos por mujer en estos paises bajó de 3,3 en 1960 a 1,5 en 2022, lo que significa una reducción de más de la mitad.
El informe de la OCDE refiere que "este declive cambiará la cara de las sociedades, comunidades y familias y potencialmente tendrá grandes efectos en el crecimiento económico y la prosperidad".
Entre las regiones con una menor tasa de fertilidad se encuentran el sur de Europa y Japón, con aproximadamente 1,2 hijos por mujer, mientras que Corea del Sur reporta una tasa más baja, de aproximadamente 0,7.
Francia e Irlanda tienen las tasas de fertilidad más altas de Europa, pese a que el primer país registra una tendencia a la baja, en tanto que Hungría ha sido el país que más ha elevado su promedio en la última década, alcanzando la media de la OCDE.
El informe apunta que una de las razones de esta caída de la fertilidad se relaciona con un creciente costo de la vivienda, además de un cambio de mentalidad en buena parte de la ciudadanía joven que valora más favorablemente disfrutar de una "una mayor libertad individual" y alcanzar "otros objetivos en la vida y otros arreglos de vida alternativos"
Para el Financial Times, que cita otros informes como el del FMI, "el vacilante crecimiento demográfico actúa como un lastre para la expansión económica. En la Unión Europea, el aumento de la participación general en la fuerza laboral pronto no será suficiente para compensar la caída de la población en edad de trabajar, lo que exacerbará la escasez de mano de obra".
Se agrega que 'sumado al aumento de la esperanza de vida, la baja natalidad también ejerce presión sobre las finanzas públicas, ya que deja a menos personas contribuyendo con los ingresos fiscales necesarios para pagar los crecientes costos del envejecimiento de la población. La falta de alumnos también está provocando un aumento en el cierre de escuelas en Europa, Japón y Corea del Sur".
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