Un grupo de científicos de Alemania y China afirma en un artículo publicado en la edición de diciembre de la revista PNAS Nexus, que la temperatura ambiente ejerce una influencia significativa en la sonoridad del habla.
En este estudio conjunto, los investigadores utilizaron la escala universal de sonoridad para evaluar la de 5 mil 293 lenguas mundiales y 3 mil 886 dialectos locales, encontrando que los habitantes del Hemisferio Sur hablan idiomas más sonoros que los del Hemisferio Norte.
Según los resultados obtenidos en la investigación, las lenguas austronesias y africanas tienen los índices más altos de sonoridad.
Explicaron que el impacto que tiene el clima en la sonoridad de las lenguas está relacionado con las características del aire frío más denso que el caliente, lo que propaga el sonido de forma diferente.
Más aún, el aire frío se caracteriza por su baja humedad absoluta, lo que dificulta la pronunciación de los sonidos.
Sin embargo, los autores de la investigación concluyen que el impacto del clima en la sonoridad de un idioma específico solo es perceptible después de miles de años, ya que dentro de una misma familia lingüística no existe gran diferencia en función del clima en el que se encuentran sus hablantes
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